jueves, 2 de septiembre de 2021

Tomar tu mano, de Claudia Hernández

Si se pasan rápido las páginas de este libro, a primera vista luce como un volumen de poesía, o el texto de una obra teatral llena de diálogos. La autora escribe frases cortas, oraciones de una línea o menos, y así, casi sin párrafos y a partir de una larga sucesión de sentencias, preguntas y respuestas, afirmaciones o enumeraciones breves, avanzan los 55 capítulos cortos de este relato en el que los personajes no tienen nombre porque pueden ser cualquiera: cualquier mujer campesina que se va joven y enamorada a vivir con su novio; cualquier hombre que se cansa pronto de su pareja y decide buscar otra y otra y otra; cualquier pariente que combina su trabajo campesino con encargos paramilitares nocturnos; cualquier joven o vieja que recibe golpes físicos y de los otros y debe vivir sometida a su pareja.

"Tomar tu mano" es un libro difícil de clasificar. Es un hondo grito de auxilio de mujeres que no quieren tener tantos hijos, que desean trabajar o estudiar, pero no pueden, y que viven sometidas a la violencia cotidiana que implica habitar una casa con una pareja que a la vez es su enemigo. Ante tanta violencia, la de las pandillas urbanas y los paramilitares en el campo se siente apenas como un eco que replica lo que ocurre de puertas para adentro.

La autora es salvadoreña y aunque en el libro se perciben las violencias de las guerras centroamericanas y las pandillas, no hay un referente geográfico ni temporal específico y por ello la historia puede trasladarse perfectamente a la geografía colombiana, en donde también hay  mujeres que sufren estas violencias y en donde las autoridades que imponen el orden en las calles no siempre son las estatales. 

Los celos, la falta de independencia económica, la violencia física, las armas y las redes de apoyo entre mujeres son algunos de los temas que atraviesan este libro coral en el que la autora demuestra gran dominio de las técnicas narrativas en los cambios de voces y narradores y en la construcción de personajes que se identifican sin necesidad de utilizar nombres. 

"Tomar tu mano" propone una mirada femenina a las violencias domésticas de las mujeres pobres del campo y de la ciudad. Es un libro áspero, rudo, que se construye desde los silencios y contrasta con el título que, además, cierra la historia. Es un libro que busca tomar la mano de mujeres que merecen y necesitan ternura, afecto y protección.

Algunas frases
Hay cosas que no deben ser sabidas (p. 11).

A veces es más valioso ser invisible, dice la madre (p. 12).

Las mujeres no entienden lo que quieren ni saben lo que dicen (p. 43). 

¿Cómo era estar embarazada?
Se sentía como si tuviera un gatito dentro (p. 55)

¿Para qué quería ella otro hombre?, preguntó.
¿Para qué quería ella alguno?, pensaba (p. 148).

Cualquiera estaría feliz de estar contigo.
Ella estaría más feliz si no tuviera que estar con ninguno (p. 149).

El tiempo total nunca se sabe (p. 181) 

Mientras, puede ayudar con cosas de la casa, dice la madre.
De ninguna manera, dice el padre.
Su hijo no va a hacer trabajo de mujer.
Necesitan la ayuda ahora que ella trabaja más horas.
Que le ayude su niña. (p. 192). 

La madre no quiere decirle que, a la edad que tiene y por el cuerpo que ya tiene, cualquier hombre en ese pueblo puede reclamarla como suya y llevársela, quiera ella o no.

Podía ser que, con tragos de más, alguno de los hombres ahí pensara que la niña y su habitación estaban también a disposición. (p. 225).

Las mujeres que dejan a sus maridos no regresan, le dice la madre. (p. 231).

La mujer que tenía lo ha dejado.
¿Por otro?
Por ella misma.
Prefiere estar sola. (P. 268).

La vida es lo que ya fue (p. 277). 


Tomar tu mano
Claudia Hernández
Laguna Libros
Bogotá, Junio de 2021
300 páginas

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