jueves, 23 de marzo de 2023

Una mujer, de Natalia Ocampo de Sánchez


"Una mujer" fue la primera novela publicada en formato de libro por una mujer escritora de Caldas. La terminó de imprimir la Editorial Zapata "por cuenta de su autora" el 15 de junio de 1936 y a diferencia de otros libros publicados por esa editoria y escritos por hombres, éste no motivó comentarios en la prensa de la época.

En la primera página un sacerdote advierte, bajo el título de "testimonio" que "el libro no sólo no contiene cosa alguna contra la moral católica, antes bien, respira sus principios en cada frase y en todas las palabras. Vive en él el sentimiento de Nuestra Santa Iglesia, de la primera hasta la última página, de modo que es inconfundible y bien marcada la recta intención de la autora al escribir el libro en cuestión" (p. V).


El libro está dedicado al arzobispo de Bogotá y administrador de la diósesis de Manizales, Juan Manuel González, y al final de ella la autora escribe: "si algún día, sus múltiples ocupaciones, le permiten fijar sus ojos en mi oferta y si ella merece su bendición y aplauso, sería el más suntuoso epígrafe a mi pobre obrita" (p. VI).

Antes del primer capítulo la autora presenta un preámbulo en el que expone el temor que le da salir al público, dado que los críticos a veces son duros con las obras de ilustres escritores: "Qué haremos pues, los que no tenemos ningún mérito para alcanzar a tánto, ni aún mucho menos, y que sin embargo sentimos la comezón de pluma, que es como el prurito de rascar, y más aún, si por doquiera se encuentran temas de interés y hasta de necesidad? Pues hacer lo que se pueda sin aspirar a más; y sin atender a la forma ir al forndo, que en este caso viene a ser lo importante" (p. VII).

Después de todos estos preludios, viene la novela: se trata de la historia de Leticia Arango, una mujer de Manizales que se casa al escondido con Enrique. Tienen tres hijos, una niña y dos varones, y el hogar vive feliz aunque con limitaciones económicas. Para celebrar el cumpleaños de Enrique Leticia planea un paseo a La Linda, y en ese domingo Enrique se reencuentra con Lucía, un viejo amor. Ahí empieza la desgracia: Enrique se encapricha con Lucía, empieza a beber, a descuidar el trabajo, golpea a sus hijos y a su esposa y empieza un ciclo de desgracias hasta que se va de la casa, aunque la mala racha no para ahí: el hijo mayor se va de la casa, el menor muere en un accidente del cable aéreo y al final Enrique regresa a morir en la casa de Leticia y ella contrae tisis y muere en brazos de su hijo pródigo.

La novela tiene un fuerte trasfondo religioso que parte de una hipótesis: el mal marido es una opción que tiene la esposa para santificarse e ir al cielo. Leticia es entonces una mujer abnegada y sumisa, que ofrece todos sus sufrimientos a Dios.

La autora habla de política y presenta sus opiniones. Como el personaje de Enrique encarna todos los defectos entonces es, además, liberal. A uno de los personajes que va al paseo inicial a La Linda lo presenta como "Paquito Vélez (el afeminado)" y el texto está lleno de expresiones logales como "Champurriado", "charra", "ya está quedada", "no más rochela", "hijue pucha", "Usted tomó mis primicias" (por indicar que fue el primer novio), "Ijue los guapos", "eran gente de pró" (por decir gente de alcurnia),entre otros.  

Es una novela útil para comprender el ambiente que vivían (padecían) las mujeres de Manizales en los años 20 y 30: hombres omnipotentes, mujeres con escaso acceso a la educación, violencia intrafamiliar, dificultad para acceder al dinero y una influencia muy fuerte del sacerdote, en un rol que excede al de consejero espiritual y se acerca al psicólogo o terapeuta.

La novela recrea además hechos históricos de Manizales como los accidentes del cable aéreo y el incendio de 1925, que por necesidades de la historia la autora traslada para una fecha posterior. Se trata de una novela que merece leerse: si bien carece de edición y tiene personajes esquemáticos (hay incluso un capítulo, sobre una inundación, que parece como si fuera añadido), más allá de su valor como obra literaria es importante como singular testimonio de una época en la que solamente los hombres tenían voz.


Algunos subrayados

"Aquí se trata de una mujer heróica en el sufrimiento, anexo a la humanidad; mártir además por un matrimonio desacertado, sin que esto quiera decir el que no haya también hombres desgraciados a causa de una mala esposa; de todo hay, pero lo común es que la mujer sea la víctima" (p. VIII).

Pero no se trata aquí de una obra dogmática; más bien vamos en pos de enseñar a las mujeres que no han sido felices en su matrimonio, la manera de que le saquen bien a tándo mal (p. VIII).

Multitud de veces la mujer discreta y buena enmienda a un marido perverso; mas si ésto no lo consigue, no se acongoje en demasía: cámbielo por el esposo divino que es Dios y por Él y por la vida eterna soporte su cruz resignadamente; rece, medite, ore (p. IX).  

Como el cinematógrafo acabó con la inocencia, nadie se extrañará de encontrar aquí algunas escenas reales (p. X). 

es mejor poco estudio y mucha diversión. Eh, qué pereza estudiar. Ya estoy harta. Ojalá no me entraran al colegio el año próximo.
Querida: siempre es bueno sacar el grado; puede llegar el día de necesitarse (p. 30). 

En el sufrir hay doble mérito (p. 37)

(Enrique a su esposa) —¡Apártate tú, si no quieres que también te casque! (p. 39). 

—Por qué no comiste ayer en casa? Por qué no viniste anoche?
—Eso es: sigue la censura. Como si los hombres no fuésemos libres de ir y venir a donde y cuando nos plazca (p. 40). 

el inalámbrico, el radio, la prensa dan noticias del momento y casi todas ellas son catástrofes espeluznantes. Por ejemplo, las muertes repentinas, por lo regular trágicas. ¡Pobres almas, que de un sopetón están en presencia de Dios!...
—Pues no será poca sorpresa esa entrada a la eternidad así... sobre todo los suicidas (p. 53). 

La Rusia soviética, asesorada por el poder del Infierno (p. 55) 

Manizales, situada en la cima de un cerro de la cordillera Andina, cercano a los que forman la base del Páramo del Ruiz, ha tenido enormes costas y dificultades para comunicarse con todo el resto del país y con el extranjero. Sin embargo, hoy cuenta con una vía ferroviaria que por el Sur se conecta al ferrocarril del Pacífico y conduce por ende hasta el Puerto de Buenaventura. Y para ligarse con los otros puntos, por el Norte, Oriente y Occidente dispone de cables aéreos y carreteras. Y no de otra suerte podrá ser menos de esfuerzos más que gigantes, porque la posición de esta ciudad en tan elevada altura la hace casi inasequible (P. 64). 

Añadiremos que su topografía fue una aglomeración de altiplanos, como palotes informes, de suerte que para edificar o se ha llenado una hondonada o se ha derribado un barranco (p. 66). 

—¡Qué va! Es que son solapados, pero ya los conocemos como revoltosos. Entre los godos hay animalillos terribles, que rugen y obran con valor. Ahí están los Leopardos y hay águilas o AQUILINOS y hasta aguiluchos o AGUILARES..." (p. 68). 

las jóvenes pierden con la virginidad el honor y por ende la posibilidad de un matrimonio feliz (p. 83). 

Aquí mando yo y no quiero que frecuenten tánto la iglesia, lo oyen? ¡Es una desgracia vivir en corral, en donde canta la gallina! Pero les probaré que tengo espuela! (p. 85)

Todos los trances difíciles asustan antes de pasarlos (p. 97). 

lo más amado: los recuerdos gratísimos que en insignificantes objetos se guardan con amor: las flores marchitas, la esquela, el pañuelo de seda perfumado, que hacen recordar la hora y el lugar de un momento feliz; cartas y memorias del pariente, del amigo ya idos..., objetos mil de infinito valor moral (p. 101) 

A trece leguas de distancia percibieron el fatídico resplandor (...) Treinta y dos manzanas eran escombros convertidas en brasas y llamas (p.104). 

El incendio se contuvo por sí solo demarcando hasta cierto punto, como si un dedo Providente hubiera dicho: "Hasta aquí". Fué a las cuatro de la tarde (p. 105). 

Se hacía necesario zurcir sin cesar, hacer nuevo de viejo (p. 109).

Como pobres debiera de educarse la juventud porque si llegan a menos, no les sea tan sensible (p. 109).

Por mucho que tenga y sepa una mujer, le es imprescindible el saber los deberes del hogar. Auncuando, según el modernismo, trabaje en un empleo y gane mucho dinero, tiene que saber, ante todo, cómo debe organizarse una casa, porque esta es su principal misión (p 109).

Y si vienen hijos se dejan al cuidado de manos mercenarias sin que experimenten las enseñanzas, los cuidados, los consejos de una madre (p. 130).

La mujer es el confort del hogar; es el centro en torno al cual giran el esposo y los hijos; ellos la buscan cuantas veces entran a casa: ella es la que adorna, la que dirige, la que vigila, la que enseña; es en casa columna y baluarte, centro y dirección, oráculo y ejemplo (p. 131). 

nada tan conveniente como la instrucción a la mujer, pero si sube mucho, puede perder por ello su necesaria afición al hogar (p. 132). 

¡Ah, cuántos sucesos guarda la vida y cuán distintas son sus épocas! (p. 172).

las esposas cristianas que saben conllevar la vida matrimonial en cualquiera forma que se les presente, y cumplir fielmente con su difícil misión, tienen en las dificultades de la vida un venero precioso de donde pueden tomar el oro con que se compra el cielo (p. 180).



Una mujer
Natalia Ocampo de Sánchez
Editorial Zapata, 15 de junio de 1936
Manizales
200 páginas 


martes, 21 de marzo de 2023

Cuentos reales, de Rosario Grillo de Salgado

Rosario Grillo de Salgado es una de las primeras narradoras del Gran Caldas. Nació en Sonsón en 1855 y migró con su familia a Marmato, donde nació su hermano Max Grillo, y luego a Manizales donde nacieron otros hermanos. Se casó con Cupertino Salgado, fundador y director del periódico La Idea, en 1882, y vivió con él un tiempo en Manizales antes de radicarse en Bogotá, en donde vivió varias décadas y murió en 1947.

Aunque se sabe que escribió desde joven algunos versos que alcanzó a publicar en periódicos, "Cuentos reales" fue publicado cuando ya tenía 91 años de vida y es su único libro. Se trata de un volumen de 136 páginas que reune 16 cuentos que tienen distintos registros: algunos están ligados a la guerra civil de 1876 o la Guerra de los Mil Días, otros son historias de amor frustrado y hay incluso un cuento de terror. 


Si bien se trata de relatos con temas distintos, hay algunos aspectos recurrentes y el primero es la infancia: de los 16 cuentos 10 tienen como personajes a niños y en varios relatos ellos son los protagonistas. Desde la muerte infantil, pasando por la orfandad o la pobreza hasta la crueldad de los niños y también su ternura y afecto son algunos de los aspectos que aborda la autora.

Otro tópico común es la frivolidad, que da título a uno de los relatos pero aparece en varios, como una preocupación ante la vida superficial y banal de los personajes, especialmente de las mujeres. 

También aparece de manera reiterada la preocupación por "los temidos 30 años", que se menciona en los cuentos "Una vocación" e "Historia sencilla", y se refiere a mujeres que llegan a los 30 estando solteras y por lo tanto, según se consideraba en la época, se quedaron "solteronas" indicando en ese estado civil una forma de fracaso. También es recurrente la presencia del maíz y la mazorca, y del campo y las casas campesinas. En contraste, pese a ser cuentos escritos por una mujer nacida a mediados del siglo XIX, son relatos poco religiosos: se menciona a Dios, pero más como un habla coloquial que como una figura sobrenatural, y aunque se habla de un personaje que visita la iglesia y otra que reza el rosario, en general no son cuentos de corte místico y al contrario el primero muestra la contrariedad de una madre por una hija que se va de monja. También aparece en varios cuentos el contexto de la guerra civil del 76 y la guerra de los Mil Días, en el marco de un discurso antibelicista, bastante crítico de los intereses militaristas.

Los 16 cuentos que conforman el volumen son los siguientes:

Una vocación: relata la historia de Blanca, una mujer que cumplidos los 30 años decide hacer votos e irse de Monja, y de su madre Mercedes, quien siente pena por la decisión de su hija y la achaca no a una verdadera vocación religiosa sino al dolor por no haber contraído matrimonio. 

Pena de niño (episodio histórico): El contexto del relato es la Guerra de los Mil Días, y cuenta la historia de una familia desplazada por la guerra y de un niño que muere por la tristeza. La autora deja ver su posición política al intercalar comentarios críticos al ambiente bélico, como el siguiente: 
"Y su humilde choza, su pequeña sementera, el único caballo reclutado también como ellos... Todo, todo sacrificado por cosas que no entendían ni les importaban" p. 23

Zapatos de Navidad: relato de dos niños pobres de Bogotá que se quedan esperando su regalo de Navidad. Los niños emplean un lenguaje bogotano con expresiones como "su mercé". 

Una semejanza: cuento narrado desde dos puntos de vista, en el que se narra la historia de dos novios que dejan de verse y décadas después se escriben y deciden casarse, pero el plan se frustra y cada uno de ellos da su versión de lo ocurrido.

Fatalidad: En alta mar un hombre narra la tragedia que vivió en un barco, cuando alzó a un niño y cayó al mar. 

Vivisección: es un cuento raro en el conjunto del libro. Se trata de un relato de terror. La historia se ubica en Alemania y cuenta la historia de un científico que hace vivisecciones de animales y sueña con que un orangután le practica una a su hijo.

Frivolidades: cuento lleno de sarcasmo en el que se narra la historia de un matrimonio que se frustró por una frivolidad. La narración ocurre en una tarde de té entre un grupo de amigas llenas de frivolidades.

Favorito: historia de un león, Anarkos, que se fuga de un circo y muere abaleado a la salida de una iglesia.

Por tierra caliente: narra un viaje a El Guamo y Chicoral y las historias que oye en esos lugares, sobre una jovencita que muere por mordeduras de murciélago y niños que perecen ahogados. 

Historia sencilla: Historia de las hermanas Mercedes y Lucila. Lucila es frívola, muere y su viudo se casa con Mercedes, quien ha quedado al cuidado de sus hijitas- sobrinas. Este cuento repite una idea mencionada en otro relato, y relativa a dejarle a otro el cuidado de los niños: 
"a poco regresar nació una niña que Lucila entregó a manos mercenarias apra no desmejorar con su crianza" p.84.

El espíritu de Ñor Vicente (histórico): Cuento que recrea la colonización antioqurña, la vida campesina de los arrieros en las fincas y en la segunda parte narra cómo un gamonal se apropia de manera fraudulenta de la tierra de Ñor Vicente.

El sapo: En un paseo un médico relata una historia de su infancia, cuando él y sus amigos decidieron molestar lanzándole epítetos y arrojándole piedras, a un hombre retrasado al que le decían El sapo y que a los pocos días murió. El relato reflexiona sobre la crueldad de los niños cuando actúan en grupo.

Expiación: Narra la historia de una anciana, postrada en una silla de ruedas, que vive en la casa de su hijo y su nuera pero no es bien querida por ellos. Su única alegría son su nieto y los recuerdos de una infancia feliz, aunque le remuerde haber sido también una odiosa nuera con su suegra enferma.

Consecuencias de un error: La tragedia de una mujer que es falsamente acusada de tener un alambique ilegal. Permanece 3 meses detenida y durante ese tiempo su hijo de 8 años queda al cuidado de su hermanita menor, que perece ahogada.

La Dolorosa:  Un hombre se va a luchar en la guerra civil de 1876 y deja sus dos hijos huérfanos de madre al cuidado de la abuela (su mamá). Ella es quien narra la historia, cuando en 1879 un hombre llega a su rancho pidiéndo posada. Allí la abuela observa que lleva una medalla de La Dolorosa, igual a la que ella le puso a su hijo y resulta que el forastero la recibió de sus manos antes de morir, con la promesa de entregársela a su mamá. 

Enigma de las palabras: cuento que describe la distracción de jugar a buscar palabras antiguas o raras, similar a lo que puede ser un crucigrama.


Cuentos reales
Rosario Grillo de Salgado
Editorial San Juan Eudes-Usaquén
Bogotá, 1947
136 páginas


domingo, 19 de marzo de 2023

Recuerdos de un viaje, de María Botero Robledo

Sobre María Botero Robledoo no se sabe prácticamente nada. En el libro "Recuerdos de un viaje" narra una travesía desde Manizales hasta Barranquilla y Cartagena en 1916, pero ni el texto ni el libro en sus anexos trae algún dato que permita ubicar su contexto personal o familiar. Sólo dice que es de Manizales y estudió con religiosas, que este viaje lo hace con su familia (no se sabe quiénes la conforman), y con una paisana, y cuando está en Barranquilla informa que su abuela la visitará. Al final el libro incluye una foto de su casa en Manizales.

Ante la falta de información sobre la autora, conviene centrarse en el libro: Recuerdos de un viaje fue publicado en 1929 en Pamplona (España) y el pretencioso prólogo escrito por el Padre Fabo deja claro que fue él quien se encargó de la publicación. Se trata de un libro precioso, de formato pequeño, que incluye una foto de la autora a color, así como ornamentación en color azul en la parte superior e inferior de todas las páginas. La impresión es en papel satinado y el texto se acompaña de pequeñas fotos de los lugares que menciona la autora, aunque pareciera que son fotos proporcionadas por el Padre Fabo o el editor, y no de autoría de la escritora, pues ella misma en el texto dice que quisiera que sus ojos fueran una cámara fotográfica que pudiera guardar lo que ve. 

El viaje parte a finales de 1916, posiblemente octubre, desde Manizales. El grupo avanza cuatro días a caballo hasta Mariquita. La primera noche duermen en Chupaderos, la segunda en Mesones, la tercera en Fresno y al cuarto día llegan a Mariquita. Descansan una jornada y luego toman un tren a La Dorada, con escala de dos horas en Honda. En la Dorada abordan el vapor Medellín por el Río Magdalena y las páginas que siguen a continuación son quizás las más valiosas del libro, porque está lleno de detalles descriptivos sobre una forma de transporte que desapareció.

La autora informa los nombres de todos los vapores con los que se cruzan, los pueblos y caseríos que hay a orillas del río, y describe algunos en los que evidentemente se baja del barco y tiene la oportunidad de recorrer. 

El vapor parte un lunes de La Dorada y llega el sábado a Barranquilla, en donde la autora permanece más o menos dos o tres semanas, aunque no es claro el tiempo de la estadía. En Barranquilla describe los barrios, los sitios que conoce de la ciudad y costumbres locales que ella ve con el asombro de una visitante. La descripción minuciosa de la Barranquilla de comienzos de siglo es sin duda otro elemento que hace que esta lectura cobre interés. 

Luego toma un vapor hasta Calamar y allí abordan el "tren correo" a Cartagena, ciudad en la que visita sitios que todavía hoy se pueden identificar. Para el regreso toman el mismo tren a Calamar y allí abordan el vapor Córdoba hasta La Dorada, luego el tren a Mariquita y por último el viaje a caballo o a pie hasta volver a Manizales. 

Este libro es sin duda una curiosidad: el nombre de María Botero Robledo no aparece en las historias de la literatura caldense y se trata de uno de los primeros libros de narrativa publicados por mujeres en esta región, anterior a la novela Una mujer, de Natalia Ocampo de Sánchez, publicada por Editorial Zapata en junio de 1936. Recuerdos de un viaje es un texto descriptivo de lugares, geografías y costumbres, en el que la autora muy ocasionalmente incluye reflexiones sobre la mujer, los sacerdotes o la educación. Se trata de una prosa clara que permite viajar con la autora y recuperar a través de este libro paisajes que hoy ya no existen.

Algunas frases
Del prólogo del Padre Fabo: "La Srta. Botero no filósofa, ni alardea de erudita, ni plantea problemas de compleja psicología, ni mete sus tijeritas de oro entre las labores políticas de sus coterráneos, sino que echa al aire sus impresiones casi infantiles y canta la canción de la vida" p. 8. 

"No he pretendido jamás figurar en el bello campo de la literatura, tanto más tenido cuánto es más deleznable, y en el que basta una plumada para caer en el rango del ridículo  Suplico, por eso, a los que leyeron, anticipen su indulgencia y disimulen los errores que encuentren" p 13. 

No goza tanto una prometida con sus atavíos de boda, como yo arreglando baúles o maletas para emprender un viaje. p 15.

Se me pareció este arriesgado lance a la lucha tenaz del periodismo: los grandes barcos como los escritores con ideas amplias y fijas, afianzados en su casco, enarbolando la bandera de la verdad y dirigidos por hábiles pilotos, permanecen firmes, desafiando serenos el empuje de las olas. Al contrario, los pequeños botes, remadod con zozobra, fluctuando entre la duda, luchando con las encontradas aguas de la contradicción, en más de una ocasión y a no ser por la ayuda de sus mayores, hubieran desaparecido en el agitado mar de la sociedad p. 32.

A la salida del templo presenciamos una curiosa entrevista de un viejecito como de 70 años; se encontraron en el atrio y, al reconocerse, fué tal el entusiasmo, que el anciano, estrechando la mano de su amiga, le dio el saludo acostumbrado en esta tierra: un beso. p. 43

Estudiar el corazón de la mujer es analizar un enigma, sólo comprendido por el Supremo Artista que lo formó. p. 47.

cuando a él se acerca uno con la cautela del minero, extrae de su rica mina el precioso metal que correo por sus venas; pero el que con mano brusca levanta la pica y rompe la roca, un torrente de agua despiadada de desoriente, y al caer en tierra levanta el polvo y se convierte en modo, salpica sus vestidos y oscurece sus atrevidos ojos...... p. 48

¡Honor y gloria al médico que, convencido de su nombre misión sobre la tierra, al alejarse de la presencia del doliente, deja un vivo recuerdo semejante a la estela luminosa que deja el vapor, cruzando en noche oscura el mar borrascosas de la enferma humanidad! p. 50.

"felices las niñas que pueden desde temprana edad gustar la educación religiosa, como el dulce néctar que puede acompañar a la mujer en los días de peregrinación sobre la tierra" p. 52. 

En Barranquilla no se ve a nadie descalzo, ni se ven ruanas ni pañoloness, a no ser forasteros. p. 58

Yo deseaba que mis ojos fuesen como cámara fotográfica para poder grabar en ellos los bellísimos paisajes que en ese día logré contemplar. P. 65

A diario se oyen disparos a bordo, persiguiendo los enormes caimanes que con aterradora malicia engañando los inocentes animales con su mirada astuta los ahuyentan de las orillas p. 89.


Recuerdos de un viaje
María Botero Robledo
Editorial Aramburu
Pamplona, España
1929
100 páginas

lunes, 13 de marzo de 2023

La cosecha, de Felipe Martínez Cuéllar

En un accidente de tránsito que ocurre antes de que empiece la novela fallece Elisa y sobreviven su esposo Enrique y su hija María, una adolescente que queda con grandes cicatrices en su rostro. El padre y la hija, en medio del duelo, abandona la ciudad, la casa, el colegio, y deciden empezar una nueva vida en una finca lejana, que está habitada únicamente por Anatolio, el casero, y por un bosque que crece y crece hasta ocupar todo el espacio. Como la tristeza.

La cosecha es la historia breve de esta familia rota en la nueva finca. Las rutinas lentas, la incertidumbre por los cultivos, el clima, la violencia rural que se acerca y amenaza con entrar, y la adolescencia de María, que pasa sus días encerrada en su cuarto, sin valor ni ganas de mirar su nueva cara en el espejo.

Esta novela corta, fruto del taller que dirige Miguel Angel Manrique en el Fondo de Cultura Económica, logra construir con pocos personajes y un único espacio una armósfera que es al mismo tiempo hermosa y opresiva, a partir de muy pocos diálogos y casi ninguna digresión. El narrador simplemente (simplemente es un decir) describe cosas: un narrador omnisciente que habla de las acciones de Enrique, y un narrador en primera persona que permite escuchar la voz de María. Y entre los dos los enormes silencios de los que se construye la cotidianidad de estos dos seres tan desolados después del accidente, con la dificultad que entraña encontrar energía para cultivarse a sí mismos a ver si pueden dar una nueva cosecha. 


Algunos subrayados
Nunca dejes que los demás te vean distinto a como te ves a tú misma (p. 26). 

A veces me siento como si me estuviera transformando en la mamá de mi papá (p. 41).

como un árbol de muchos brazos y hondas raíces, empezaba a crecer el miedo (p. 46). 

lo escuchaba como quien se detiene en la orilla a contemplar el mar, sabiendo que se está ante un fenómeno de extraña belleza (p. 48). 

Quisiera vivir dentro de una telenovela. Quisiera ser una de esas mujeres enamoradas que, aunque son pobres, se ven felices (p. 61). 


él era eso, una vía de tren abandonada, al aire, sin nada que pasara sobre ella (p. 116). 

Cuando me muera, me gustaría que me enterraran (p. 120).


La cosecha
Felipe Martínez Cuéllar
Taller de edición Rocca
Bogotá, 2015
158 páginas

domingo, 5 de marzo de 2023

Cartas de puño y reja, de Carolina Calle Vallejo

Este es un libro raro, único, bello y profundamente conmovedor. Carolina Calle Vallejo es periodista, pero no le interesa el lado masivo de la comunicación. Decidió utilizar las técnicas de la investigación, la reportería y la escritura para ponerlas al servicio del amor y de causas íntimas: para escribirle en privado a quienes necesitan de sus textos.

En varias entrevistas ha contado que su interés por las cárceles surgió desde que en el colegio la llevaron a una visita formativa y el susto que la cárcel generó en sus compañeros se transformó en ella en curiosidad. Estando en la Universidad Pontifica Bolivariana decidió explorar posibilidades narrativas con historias desde las cárceles, y es así como ha escrito y ha producido documentales con temas que van desde personas que alquilan chanclas para quienes van a hacer visita a las cárceles hasta crónicas sobre los buses que llevan y traen familiares desde municipios lejanos para visitar a los presos, en algo que podría considerarse como un turismo penitenciario.


Cartas de puño y letra es un libro pequeñito, cuidado en cada uno de sus más mínimos detalles de escritura y edición, porque su contenido es altamente sensible: son 11 cartas que la autora escribió a nombre de internas de la Cárcel El Pedregal, de Medellín, que no saben leer ni escribir y necesitaban comunicarse por escrito con personas de "afuera": la mamá, el novio, los hijos, la novia que está en detenida en otro patio, el hijo muerto, los nietos. 

Todas las cartas son cortas y todas tienen una introducción aún más breve en la que la autora explica quién es la remitente. Al final, en un pie de página, la autora cuenta si pudo o no entregar la carta al destinatario y en qué circunstancias. La teoría del Iceberg de la que hablaba Ernest Hemigway aparece acá en todo su esplendor: pocos detalles, pocas palabras, ayudan para intuir todo aquello que no se cuenta ni se escribe, pero que atraviesa cada una de las páginas del libro: la injusticia de un mundo desigual en el que mujeres empobrecidas (son analfabetas en pleno siglo XXI) pagan condenas privadas de la libertad y con la angustia sobre el bienestar de sus seres queridos. Todas son historias distintas, con destinatarios diferentes, así como sus remitentes: las hay jóvenes, viejas, solteras y casadas, con o sin hijos, del campo y de la ciudad. El hilo común es que todas pertenecen a un mísmo círculo social: el de los excluidos.

Cartas de puño y reja
Carolina Calle Vallejo
Remitentes Editorial, con el apoyo de Ministerio de Cultura y Alcaldía de Medellín
Medellín, noviembre de 2022
62 páginas