Caperucita se come al lobo reúne ocho cuentos breves. Seis ya habían sido publicados en 2012 y los dos últimos se sumaron para esta edición. Son cuentos sobre sexo y violencia física o simbólica en dosis más o menos similares, aunque en las críticas sobre este libro prime la lectura erótica, quizás por lo normalizada que está la violencia en general, y la violencia del patriarcado en particular.
La mayoría de los cuentos, como "Olor", "El hueco", "Caperucita se come al lobo", "Amiguísimos", "Una segunda oportunidad" y "Hasta el infinito", abordan desde distintos ángulos el deseo femenino: la necesidad biológica y mental de las mujeres para relacionarse sexualmente con otros, sin culpas ni encadenamientos, aunque esa forma de atracción haya sido tradicionalmente asignada a los hombres. La autora, desde la ficción, reivindica este ámbito erótico para las mujeres casadas o solteras, jóvenes o maduras.
"El hueco" es un cuento con una tremenda violencia física, que remite sin mencionarlo a las épocas duras del narcotráfico. "Violación" es otro cuento sobre violencia, en este caso sexual, en el que el punto de vista desde el que se narra es el del violador y por eso es el título el que pone la acción en un justo contexto.
La mayoría de los cuentos de este volumen son anteriores a La Perra, una novela que al igual que este libro utiliza un lenguaje centrado en la acción, con pocos adjetivos y casi ninguna digresión. La autora edita y depura hasta conseguir textos narrativos breves que en pocas palabras concentran la fuerza de personajes corrientes de clase media colombiana, que podrían habitar en cualquier ciudad.
Caperucita se come al lobo
Editorial Random House
Bogotá, 2020 (primera edición 2012).
99 páginas.