Los asiduos de este Club Secreto saben que Orlando Mejía Rivera está en los primeros lugares de mis afectos literarios (me acuerdo de Clu que se llevó "mi" Casa Rosada a Rock al Parque y todas las hojas de "La Casa" se inundaron con un aguacero descomunal). Bueno, pues en esta Feria del Libro Orlando Mejía presentó "Recordando a Bosé" y digamos que mis afectos se consolidan.
No tengo ni la menor idea de cómo pueden recibir esta novela quienes no han vivido en Manizales. Supongo que pasa lo mismo para los que no hemos vivido en París y leemos Rayuela: que nos perdemos la mitad del libro... Para un manizaleño es muy difícil hacer una lectura "objetiva" de Recordando a Bosé porque en todas las páginas están las imágenes de la ciudad, y además de la ciudad de la infancia (por lo menos la mía) porque el libro ocurre en los 80, cuando el protagonista, Ricardo Valenzuela (el autor?) entra a su primer año de medicina en la de Caldas. Entonces aparecen con nombre propio la U. de Caldas, Palogrande, la librería de Leo (Atalaya) San Carlos, Chipre, la Avenida Paralela, la 23, el Cable, el Parque de los Novios, San Jorge, La Leonora, la Suiza con todo y su acuario, el bar Kien, Timbalero, La Bohemia, la parva de La Victoria, Arizona, el Teatro Fundadores, el Cid, el Cumanday y el Teatro Manizales, la Pichinga, la Castellana, la falda de Palermo para subir al Cable y hasta el viaje Manizales-Armenia. Además, la banda sonora está armada a partir de las canciones de Miguel Bosé, de Camilo Sesto, de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, de Serrat... todas en casetes o a través de Ondas del Nevado.
En fin, puede que a un bogotano o costeño la novela le parezca apenas una "novelita" de 400 páginas, porque es una historia sencilla sin grandes pretensiones, narrada en primera persona, sin juegos de tiempo ni grandes saltos. El protagonista es una adolescente con pretensiones poéticas y la atmósfera también lo es. Sin embargo, para mi resultó "deslumbrante" descubrir que de los espacios requte-conocidos y recorridos también se puede armar una novela.
Lo malo: la edición. El libro lo editó la U. de Caldas y tiene errores increíbles de tildes, mayúsculas, etc. además de algunos gazapos, que distraen la lectura feliz.
Ahora sí, las frases, pero antes de las frases, una propuesta para el Director Supremo y los demás miembros del Club Secreto... Qué les parece si hacemos un blog? es decir, si en vez de mandarnos las citas por correo las colgamos en un blog que sólo podamos alimentar nosotros? Lo propongo básicamente porque en un blog quedarían ahí "archivadas" todas nuestras citas, para cuando uno quiera releer... porque no sé ustedes pero por lo menos yo no guardo los mails... Ahí les dejo la propuesta.
Las frases:
"Todo hombre de menos de uno sesenta de estatura necesita darle a entender al mundo que es un gigante en la cama"
"Para mi es claro que en cierta forma todos somos un pedazo de carne pudriéndose poco a poco, que la juventud que ahora tenemos tu y yo, en un abrir y cerrar de ojos será un sueño o un recuerdo remoto del pasado".
"Manizales nos mostraba en silencio su rostro adolescente, su belleza montañosa, sus aromas a eucalipto y vientos del nevado, y en ese momento, frente a la torre de madera del Cable iluminada por bombillas de cristal, miré la cara joven e ingenua de Rosana y sentí que era feliz y que ese sentimiento acompañaría mis recuerdos futuros de hombre".
"Tu problema no es que estés acá conmigo, sino que tu cabeza, tan inteligente para decir palabras bonitas y citar libros, no te ha servido para liberarte de esos complejos de culpa religiosos, que siempre están tratando de cobrarle a las personas sus raticos de felicidad y placer..."
"La educación no forma personas honestas, se puede ser un genio y a la vez un bellaco"
"El mundo convertido en un gigantesco campo de concentración, un matadero planetario que se disfraza en el día de civilización desarrollada, de bastión de la democracia, de campo de la justicia y la razón".
"Colombiano inocente: dícese del individuo que todavía no ha sido capturado por los organismos secretos de inteligencia militar y por eso no ha confesado su culpabilidad en el potro y no ha cantado estimulado por las cosquillas de la picana"´
"Yo leí alguna vez en un libro de Desmond Morris que el acto de chismosear equivalía en la especie humana a la despiojada entre los gorilas".
"Pienso que nadie tiene libre albedrío, que todo lo que vivimos, incluso lo más pequeño o en apariencia sin importancia, ya está escrito en alguna parte, en el libro de los destinos humanos".
"Los mejores, quizá los más humanos, terminaban en los manicomios, o muertos por su propia mano, o refugiados en los paraísos artificiales del alcohol y de las drogas alucinógenas".
"Me gusta la ironía de Oscar Wilde cuando dice que prefiere el cielo por el clima, pero el infierno por su sociedad".
"Pues como dice mi amiga Susana todo beso debe ser mágico, es decir, un beso que se transforme en polvo".
"Democracia colombiana: dícese de un sistema político dominado por una minoría de corruptos que convencen a la mayoría con los argumentos de los gases lacrimógenos, los bolillos y las dentelladas de los perros pastores alemanes".
"Esta vida es una trama, este mundo, me lo dijo el mismo Cristo, es el verdadero infierno, no hay otro infierno fuera de éste".
"Me gusta esta ciudad, sus olores, sus paisajes. Manizales tiene su magia, cada calle, las plazas, las casas, los árboles, son parte del mundo afectivo de la gente. No existen, simbólicamente, zonas muertas o sitios extraños; esto se refleja en la actitud cotidiana de la mayoría, acá se tiene sentido de pertenencia por los espacios públicos, se camina sin prisa por las avenidas, se percibe una ciudad con alma femenina: protectora, tierna, misteriosa. Lástima que esté en manos de estos políticos actuales, maestros del chanchullo, campeones del descaro, mafiosos del tráfico de influencias. Pablo Ocampo dice que Manizales sería el paraíso terrenal si no tuviera los bandidos que la gobiernan. Si la ciudad tiene alma de mujer, es claro que los políticos que la dirigen son sus violadores".
"No seas tan desconfiado, es cierto que toda persona mayor de treinta años es sospechosa, pero hay excepciones"
"Como si la guerra, cualquier guerra, terminara enloqueciendo a sus combatientes, dejando a un lado los razonamientos y las causas políticas o históricas que la originaron, para aparecer el verdadero motivo de la perpetuación del conflicto: la trasgresión de las leyes humanas de la convivencia, la liberación del monstruoso asesino que todo corazón guarda adentro".
"Toda la civilización occidental está cimentada y construida sobre el asesinato erigido como sistema político y social. Occidente ha nacido y crece vigoroso a partir de los cadáveres de sus enemigos, que son todos aquellos que no representan los valores occidentales. Por eso nuestros discursos hieden a muerte y a tortura, somos el monstruo ciego que mata a los otros mientras canturrea canciones de amor y solidaridad e inventa lo ético y lo moral a la altura de sus propias necesidades de destrucción".
"Estos celos no son voluntarios, se me salen como los pedos".
"Siempre me ha gustado la historia, quizá porque pienso que es otra rama de la literatura, donde los hechos del pasado son acomodados por los historiadores, y los lectores, para justificar su propio presente. creo que todo lo que leemos y escribimos los seres humanos busca, en el fondo, la justificación de sí mismos, de un país, de una cultura, de una sociedad, de una raza".
"Me acuerdo del filósofo Aristóteles y su cuento de que el hombre es un animal triste luego de la cópula. Yo no estoy triste, supongo que a Aristóteles no le fue muy bien en estos menesteres y por eso mantenía triste, pero él, como fue un gran filósofo se encargó, quizá para justificarse, de convertir sus problemas personales en categorías universales de la especie humana".
"Imagínese que fuésemos más bien hijos de una probeta de cristal, con marca registrada y todo, y que nuestro amado hogar de la infancia fuera un laboratorio de biología molecular. Yo creo que usted y yo estaríamos mucho mejor sin mamás, o mejor, con esa mamá común de electrodos y cristal".
"La mamá es fundamental en los primeros cinco años de vida, después no. Es decir, después no si uno no la tuvo al principio, pues si alguien la disfrutó desde el nacimiento nunca dejará de ser, así tenga cien años, un bebé en los brazos de su madre eterna".
"Permanecer borracho en esta vida no es un vicio, ni una enfermedad, sino el único acto de dignidad que está al alcance de nuestra lucidez".
"La trama de tiempos infinitos bifurcándose, de manera simultánea, es lo que permite que en cada instante que vivimos seamos lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos, pues en cada segundo converge toda la trama de los tiempos".
Orlando Mejía Rivera
Recordando a Bosé
Editorial Universidad de Caldas
Manizales, 2009
414 páginas
Diario de lectura. Leemos libros, subrayamos libros, comentamos libros.
domingo, 23 de agosto de 2009
Recordando a Bosé, de Orlando Mejía Rivera
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Recordando a Bosé
Escritora, columnista, periodista, abogada. Docente en la Universidad de Manizales. Doctora en literatura de la UTP y magister en estudios políticos de la Javeriana. Autora de la novela "El oído miope", el libro de cuentos "El lugar de todos los muertos" y el libro infantil "Sakas".
En Twitter: @adrivillegas.
/ Mail: adrivillegasb@gmail.com
/ En Facebook:
https://www.facebook.com/Adriana-Villegas-Botero-104520141792741
lunes, 15 de junio de 2009
Sin Remedio, de Antonio Caballero
En fin... este Club Secreto nuestro anda muy silencioso en los últimos días. Afortunadamente ya me gradué, ya salí de la dichosa tesis y ya tengo tiempo nuevamente para dedicarme a cosas ricas como leer literatura (casi 3 años leyendo sobre política...), así que a continuación les envío algunas frases de Sin Remedio, de Antonio Caballero.
Paréntesis: A Adriana Angel la perdimos... haciendo un doctorado en Ohio no creo que le quede tiempo para leer nada distinto de Van Dick y todas esas cosas que a ella le arrancan suspiros...
Ahora sí, Sin Remedio:
Es la única novela de Antonio Caballero. La escribió en 1984 y ocurre en Bogotá. Es muy bogotana... aparecen el Parque Nacional, la Séptima, la 13 (incluso el insignificante parquecito que queda al frente de mi edificio), los Cerros, la Perseverancia, Chía y alrededores, etc... Es la historia de Ignacio Escobar, un tipo estrato 50, poeta (pero no escribe)... un fracasado. Son 574 páginas, muy recomendadas...
Las frases:
"Mira, mi amor, entiende: a mí mi vida se me ha llenado siempre de cosas espantosas por no saber decir que no: payasos de cristal de Murano, artesanías típicas, corbatas de raboegallo. Cuando por fin entiendo ya sin lugar a dudas que no soporto esas cosas espantosas, las cosas espantosas ya están ahí instaladas para quedarse para siempre, y yo me voy muriendo poco a poco de la rabia. Un hijo es una de esas cosas espantosas".
"Dios mío, si esto es la vida conyugal a secas, qué tal agregarle un hijo. Una cosa cauchuda llena de sangre y líquidos, que llora desde el momento de nacer, que nace con los puños apretados para hacer más difícil al cuenta d elos dedos, con la piel arrugada, amoratada, que hay que lamer para dejarla limpia. Un hijo que nos mira, que nos juzga, que gatea, que se arrastra, que va dejando un rastro pegajoso, una estela de baba y de pipí, de popó, de vómitos de leche, de cosas tibias, resbalosas".
"una poesía es como cuando uno no sabe qué decir, y lo dice".
"las mujeres no soportan la libertad. No conocen la propia. No toleran la ajena. Apenas pueden, se casan con un pobre tipo que no le estaba haciendo mal a nadie".
"Yo no entiendo: es la cosa contra natura de la izquierda, supongo, como señalan los periódicos. Chimenea encendida, como un burgués, porque se es burgués. Pero encima, ruana, porque el pueblo usa ruana. Sólo que la usa precisamente porque no tiene chimenea".
"por favor, Henna, déjeme hablar ¿por qué nunca me deja terminar las frases? No me interrumpa en las comas, por favor, espere a que llegue a un punto aparte, o por lo menos a un punto seguido, o si quiere transémonos por un punto y coma. Estoy haciendo una metáfora tipográfica, Henna, nada más; lo que quiero decir es que por favor me deje terminar cuando empiezo a decir algo. Seria, atenta, callada, como si estuviera en teatro. Aunque no le guste el teatro, eso no tiene nada que ver -es sólo otra metáfora, yo hablo así, he hablado así desde que tengo uso de razón".
"Una palabra tuya, Señor, y se moriría de repente."
"La gentecita sucia y triste que se afana debajo recibe el nombre anglosajón de hippies, pero es gente de aquí: venden artesanías rudimentarias, pequeñas porquerías de cuero y lata, alambritos trenzados, cuadritos de colores, cinturones de crin. Esos otros, al pie de los semáforos, los que venden cartones de Marlboro, llevan el nombre galicado de gamines. Algunos venden también piñas, y en ocasiones aguacates, que es ese fruto verdinegro que está palpando con tres dedos la señora que va en el Renault 4, el carro colombiano. Y esas motocicletas son Hondas, Yamahas, Kawasakis: los que las montas son llamados los asesinos de la moto, y suelen ir armados con metralletas Uzi, una marca israelí".
"Un uno y otro uno no son dos, como enseña el falaz espejismo matemático. El primer uno es distinto del segundo, es evidente, si para señalarlos hay que usar dos signos, o un mismo signo repetido. El acto de sumar está basado en la violencia. O bien hay redundancia en los dos signos, y entonces no es posible sumarlos -no se puede añadir una manzana a sí misma- o bien son diferentes, señalan cosas diversas -y no se pueden sumar manzanas con naranjas. Toda la serie de los números llamados naturales está mal".
"Es mejor no hacer nada. La gente que hace cosas es por lo general profundamente dañina. Y después, encima, tiene que venir alguien a deshacer lo que esa gente ha hecho".
"Federico se levantó para ir al baño. En la vida real los diálogos siempre se interrumpen por eso. El uno dice, el otro le contesta, el uno vuelve a decir, el otro replica, repone, responde, resume, repite, hasta que alguno de los dos se levanta con el propósito de hacer pipí".
"Pero en el fondo, pensaba, había sido una buena tarde de trabajo, pues por lo menos había corroborado una vez más su incapacidad para el trabajo. Lo cual es un buen trecho andado en el arduo camino hacia la perfección".
"Vea, Patricia: salta a la vista, y además es un hecho estadísticamente demostrable, que las niñas oligarcas como usted son más bonitas que las proletarias. Eso no se puede decir, claro: el pueblo, etcétera, la degeneración de las clases opresoras, la promesa de futuro de las clases oprimidas. muy bonito, claro, pero no tiene nada qué ver con la vida real: con lo concreto. Los hechos son tercos, dice Lenin, y sólo en lo concreto se aprende. y es un hecho que las hijas de la oligarquía, como usted, tienden a ser más bonitas porque trabajan menos y se alimentan mejor. Si hubiera justicia, es decir, si las hijas del proletariado pudieran trabajar menos y alimentarse mejor, serían tan lindas como usted. Y entonces Jefferson podría perfectamente acostarse con ellas, y yo acostarme con usted sin tanto drama y tanto esfuerzo. En lograr eso consiste la revolución".
"Su mamá decía (él la oía perfectamente, y ella sabía perfectamente que la oía):
- Yo no entiendo el carácter de este niño. Es un niño que no tiene carácter.
Una tía ilusionada había opinado:
- Qué niño tan poético...
Y así, a la larga, por inercia, había sido poeta, que es como no ser nada. Un refugio, una disculpa".
Antonio Caballero
Sin Remedio
Editorial Aguilar
1984
Paréntesis: A Adriana Angel la perdimos... haciendo un doctorado en Ohio no creo que le quede tiempo para leer nada distinto de Van Dick y todas esas cosas que a ella le arrancan suspiros...
Ahora sí, Sin Remedio:
Es la única novela de Antonio Caballero. La escribió en 1984 y ocurre en Bogotá. Es muy bogotana... aparecen el Parque Nacional, la Séptima, la 13 (incluso el insignificante parquecito que queda al frente de mi edificio), los Cerros, la Perseverancia, Chía y alrededores, etc... Es la historia de Ignacio Escobar, un tipo estrato 50, poeta (pero no escribe)... un fracasado. Son 574 páginas, muy recomendadas...
Las frases:
"Mira, mi amor, entiende: a mí mi vida se me ha llenado siempre de cosas espantosas por no saber decir que no: payasos de cristal de Murano, artesanías típicas, corbatas de raboegallo. Cuando por fin entiendo ya sin lugar a dudas que no soporto esas cosas espantosas, las cosas espantosas ya están ahí instaladas para quedarse para siempre, y yo me voy muriendo poco a poco de la rabia. Un hijo es una de esas cosas espantosas".
"Dios mío, si esto es la vida conyugal a secas, qué tal agregarle un hijo. Una cosa cauchuda llena de sangre y líquidos, que llora desde el momento de nacer, que nace con los puños apretados para hacer más difícil al cuenta d elos dedos, con la piel arrugada, amoratada, que hay que lamer para dejarla limpia. Un hijo que nos mira, que nos juzga, que gatea, que se arrastra, que va dejando un rastro pegajoso, una estela de baba y de pipí, de popó, de vómitos de leche, de cosas tibias, resbalosas".
"una poesía es como cuando uno no sabe qué decir, y lo dice".
"las mujeres no soportan la libertad. No conocen la propia. No toleran la ajena. Apenas pueden, se casan con un pobre tipo que no le estaba haciendo mal a nadie".
"Yo no entiendo: es la cosa contra natura de la izquierda, supongo, como señalan los periódicos. Chimenea encendida, como un burgués, porque se es burgués. Pero encima, ruana, porque el pueblo usa ruana. Sólo que la usa precisamente porque no tiene chimenea".
"por favor, Henna, déjeme hablar ¿por qué nunca me deja terminar las frases? No me interrumpa en las comas, por favor, espere a que llegue a un punto aparte, o por lo menos a un punto seguido, o si quiere transémonos por un punto y coma. Estoy haciendo una metáfora tipográfica, Henna, nada más; lo que quiero decir es que por favor me deje terminar cuando empiezo a decir algo. Seria, atenta, callada, como si estuviera en teatro. Aunque no le guste el teatro, eso no tiene nada que ver -es sólo otra metáfora, yo hablo así, he hablado así desde que tengo uso de razón".
"Una palabra tuya, Señor, y se moriría de repente."
"La gentecita sucia y triste que se afana debajo recibe el nombre anglosajón de hippies, pero es gente de aquí: venden artesanías rudimentarias, pequeñas porquerías de cuero y lata, alambritos trenzados, cuadritos de colores, cinturones de crin. Esos otros, al pie de los semáforos, los que venden cartones de Marlboro, llevan el nombre galicado de gamines. Algunos venden también piñas, y en ocasiones aguacates, que es ese fruto verdinegro que está palpando con tres dedos la señora que va en el Renault 4, el carro colombiano. Y esas motocicletas son Hondas, Yamahas, Kawasakis: los que las montas son llamados los asesinos de la moto, y suelen ir armados con metralletas Uzi, una marca israelí".
"Un uno y otro uno no son dos, como enseña el falaz espejismo matemático. El primer uno es distinto del segundo, es evidente, si para señalarlos hay que usar dos signos, o un mismo signo repetido. El acto de sumar está basado en la violencia. O bien hay redundancia en los dos signos, y entonces no es posible sumarlos -no se puede añadir una manzana a sí misma- o bien son diferentes, señalan cosas diversas -y no se pueden sumar manzanas con naranjas. Toda la serie de los números llamados naturales está mal".
"Es mejor no hacer nada. La gente que hace cosas es por lo general profundamente dañina. Y después, encima, tiene que venir alguien a deshacer lo que esa gente ha hecho".
"Federico se levantó para ir al baño. En la vida real los diálogos siempre se interrumpen por eso. El uno dice, el otro le contesta, el uno vuelve a decir, el otro replica, repone, responde, resume, repite, hasta que alguno de los dos se levanta con el propósito de hacer pipí".
"Pero en el fondo, pensaba, había sido una buena tarde de trabajo, pues por lo menos había corroborado una vez más su incapacidad para el trabajo. Lo cual es un buen trecho andado en el arduo camino hacia la perfección".
"Vea, Patricia: salta a la vista, y además es un hecho estadísticamente demostrable, que las niñas oligarcas como usted son más bonitas que las proletarias. Eso no se puede decir, claro: el pueblo, etcétera, la degeneración de las clases opresoras, la promesa de futuro de las clases oprimidas. muy bonito, claro, pero no tiene nada qué ver con la vida real: con lo concreto. Los hechos son tercos, dice Lenin, y sólo en lo concreto se aprende. y es un hecho que las hijas de la oligarquía, como usted, tienden a ser más bonitas porque trabajan menos y se alimentan mejor. Si hubiera justicia, es decir, si las hijas del proletariado pudieran trabajar menos y alimentarse mejor, serían tan lindas como usted. Y entonces Jefferson podría perfectamente acostarse con ellas, y yo acostarme con usted sin tanto drama y tanto esfuerzo. En lograr eso consiste la revolución".
"Su mamá decía (él la oía perfectamente, y ella sabía perfectamente que la oía):
- Yo no entiendo el carácter de este niño. Es un niño que no tiene carácter.
Una tía ilusionada había opinado:
- Qué niño tan poético...
Y así, a la larga, por inercia, había sido poeta, que es como no ser nada. Un refugio, una disculpa".
Antonio Caballero
Sin Remedio
Editorial Aguilar
1984
Labels:
Antonio Caballero,
Bogotá,
Editorial Aguilar,
Novela colombiana,
Novela urbana,
Sin remedio,
Violencia
Escritora, columnista, periodista, abogada. Docente en la Universidad de Manizales. Doctora en literatura de la UTP y magister en estudios políticos de la Javeriana. Autora de la novela "El oído miope", el libro de cuentos "El lugar de todos los muertos" y el libro infantil "Sakas".
En Twitter: @adrivillegas.
/ Mail: adrivillegasb@gmail.com
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sábado, 24 de enero de 2009
Angosta, de Héctor Abad Faciolince
Acabo de terminar de leer Angosta, de Héctor Abad Faciolince, y creo que es uno de los libros que más me gusta de él, superado quizás solamente por El Olvido que seremos, aunque no del todo. Angosta es la obra más política de Héctor Abad... abiertamente política con críticas a todos los extremismos, los de aquí y los de por allá de Gaza o Guantánamo. Todas las violencias las junta en un solo espacio ficticio, una ciudad llamada Angosta, que es Medellín pero con un salto de suicidas como el Salto del Tequendama y un muro como el de Gaza, o el de la frontera entre USA y México.
Además es una obra muy personal, llena de guiños a escritores y a "amigos" de Héctor Abad... En fin, un libro bonito, con unos personajes que uno logra querer...
Acá van las frases:
"Quizá la única ceremonia de la religión de sus padres que para él guardaba todavía algún encanto: "acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de convertir". Polvo. No alma, no espíritu o carne que resucita, sino la pura verdad a secas: polvo, ripio de estrellas, que es la sustancia de la que todos estamos hechos, sin ninguna esperanza de que el polvo vuelva a ordenarse hasta formar al único ser humano en que consiste cada uno".
"El golpe definitivo contra las piedras de la muerte coincidía con la entrada en el Averno, destino ineluctable de todos los suicidas, según nuestra amorosa religión verdadera. cuenta una leyenda angosteña que todos los suicidas, al caer, se convierten en arbustos o guijarros y luego en árboles, en pájaros o en piedras. Esta intuición poética obedece probablemente al hecho incontrovertible de que allí es imposible rescatar los cadáveres".
"Aquí todos somos café con leche; algunos con más café y otros con más leche, pero los ingredientes son siempre los mismos: Europa, América y África".
"pero en Angosta todo lo precario se vuelve definitivo, los decretos de excepción se vuelven leyes, y cuando uno menos lo piensa ya son artículos constitucionales".
"Un hijo que acabó aceptando el silencio como un derecho irrevocable de su padre, y adoptándolo él también a fuerza de voluntad e introspección. La lectura se convirtió cada vez más, para ambos, en una manera de oponer resistencia a la realidad".
"Desde que abrió el negocio se dio cuenta de que los libros perdían fascinación para él, se despojaban de su halo sagrado: habían dejado de ser unos objetos puros, maravillosos (la música callada, la voz de los muertos que se escucha con los ojos) y habían terminado por convertirse en algo con precio, es decir, sin valor: en una mercancía".
"No me gusta intercambiar ideas con nadie, porque salgo perdiendo. Con usted, en cambio, quedamos casi a la par, y a veces gano".
"En el transplante de cabeza es preferible donar el cerebro que recibirlo".
"El Estropeadito (así le dicen porque le falta una presa de todas las que tenemos repetidas: un ojo, una oreja, un brazo, varios dientes, una pierna, y gentes hay que dicen que hasta uno de los dos testigos de su masculinidad".
"Hasta el que menos se piensa, de un día para otro, puede volverse digno de publicación".
"Porque en los humanos la atracción inmediata se disfraza de detalles corteses".
"Hombre promedio, que vota por el Partido Conservador, pero que ha reemplazado la pasión política por el fanatismo deportivo. Toda su cultura proviene de la televisión".
"Los hombres piensan que serían felices si no estuvieran casados; las mujeres piensan que serían felices si tuvieran otro marido. Ese es el secreto del matrimonio: nos da la coartada perfecta para atribuirle una causa a nuestra infelicidad".
"Yo no soy bueno para vivir con. Es raro que en español no se puedan poner preposiciones al final de la frase, con lo cómodas que son".
"No era amor; eran ganas, pero a veces esas cosas se confunden, sobre todo a los ojos de los otros, que suponen que todos los abrazos son iguales".
"una oración enmarcada, Señor, haz de mí un instrumento de tu paz, hipócritas".
"la patria no es otra cosa que una lengua y una colección de recuerdos de infancia y juventud".
"Los padres de Candela habían llegado a la ciudad de abajo a finales de siglo, desplazados de un pueblo de la costa, Macondo, que había sido diezmado, primero por las matanzas oficiales y luego por las burradas de la guerrilla, las amenazas de los narcos y las masacres de los paramilitares. Lo habían perdido todo: la casa, la inocencia, el entusiasmo, la fantasía, la confianza en la magia y hasta la memoria. De su aldea de casas de barro y cañabrava, de los espejismos del hielo, la astrología y la alquimia, sólo recordaban la lluvia interminable o la sequía infinita en la parcela ardiente donde intentaban en vano cultivar raíces de yuca y de ñame para los sancochos sin carne. Habían llegado a Angosta con lo puesto, salvo un pescadito de oro que su madre había heredado de un bisabuelo, y lo cuidaba como la niña de sus ojos, después de un viaje a pie de veintiseis días por ciénagas, selvas, páramos y cañadas".
"La mayoría de la gente calentana, sin embargo, es pacífica y mansa, también solidaria, por lo desesperada, pero la gente mansa, por mucha que sea, casi ni se nota".
"No es extraño que los hijos de grandes lectores resulten iletrados, o con gustos opuestos a los de los padres, por lo que se deshacen de los libros del progenitor como de un fardo in{util, un lastre, la rémora que les impide respirar".
"Las bibliotecas de los críticos suelen ser estpuendas, primero por la inmensa cantidad de libros (no los compran, se los mandan de regalo las editoriales, con dedicatorias lambonas de los autores, que intentan pagar con halagos y por anticipado una reseña favorable) y segundo porque la mayoría de ellos permanecen intonsos, como nuevos, no teniendo el crítico ni tiempo ni ganas de leer los libros que reseña. En Angosta se sabía que el lema de Afamador era el siguiente: "reseño los libros antes de leerlos; así, cuando los leo, ya sé qué pensar de ellos".
"-Aquí viene otro de los que viven en F, Faciolince, el creído.
-?qué hay de él?
-Ese librito corto, la culinaria.
-No es malo -dijo Quiroz.
-Malo no, ridículo -dijo Jursich-. Parece que Isabel Allende o Marcela Serrano hubieran reencarnado en él. Es un libro de hombre escrito con alma de mujer. Una maricada.
-A mí me pareció todo lo contrario. Parece el canto de un jilguero, que usa sus trinos para conquistar muchachas.
-?Por qué lo odias tanto, Jacobo?
-Tal vez porque se parece mucho a mi.
-Aquí están también los Fragmentos y el Hidalgo.
-El Hidalgo es lo único bueno de él. Después se engolosinó con su propia felicidad; es un talento desperdiciado, y no pasa de ahí -dijo Jacobo.
-No sabe escribir diálogos. Yo creo que si les encargara los diálogos a otros escritores, acabaría escribiendo un buen libro. Vive en Paradiso, encerrado en su torre de marfil. Cuando va a la librería, siempre dice que tiene afán. Para mí que la mujer lo domina y no lo deja salir.
-Cambiemos de tema, no sé por qué se ensañan contra un autor menor. Sigamos, Jursich".
"Es el mayor producto de exportación de estos países: no café, petróleo o cocaína; lo que más se produce por estos lados es gente, gente pobre".
"Ponerse el collar de piedras de Cartier que ahora usaba su ex esposa era lo mismo que colgarse del cuello una cuerdecita de fique con mil billetes de cien dólares engarzados: transmitían de modo más escondido o más explícito un mensaje idéntico: yo tengo mucha plata, y me sobra tanta como para colgarme del cuello un capital".
"Una crónica sin remembranzas no tiene sabor".
Héctor Abad Faciolince
Angosta
2004
Editorial Seix Barral
400 páginas
Además es una obra muy personal, llena de guiños a escritores y a "amigos" de Héctor Abad... En fin, un libro bonito, con unos personajes que uno logra querer...
Acá van las frases:
"Quizá la única ceremonia de la religión de sus padres que para él guardaba todavía algún encanto: "acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de convertir". Polvo. No alma, no espíritu o carne que resucita, sino la pura verdad a secas: polvo, ripio de estrellas, que es la sustancia de la que todos estamos hechos, sin ninguna esperanza de que el polvo vuelva a ordenarse hasta formar al único ser humano en que consiste cada uno".
"El golpe definitivo contra las piedras de la muerte coincidía con la entrada en el Averno, destino ineluctable de todos los suicidas, según nuestra amorosa religión verdadera. cuenta una leyenda angosteña que todos los suicidas, al caer, se convierten en arbustos o guijarros y luego en árboles, en pájaros o en piedras. Esta intuición poética obedece probablemente al hecho incontrovertible de que allí es imposible rescatar los cadáveres".
"Aquí todos somos café con leche; algunos con más café y otros con más leche, pero los ingredientes son siempre los mismos: Europa, América y África".
"pero en Angosta todo lo precario se vuelve definitivo, los decretos de excepción se vuelven leyes, y cuando uno menos lo piensa ya son artículos constitucionales".
"Un hijo que acabó aceptando el silencio como un derecho irrevocable de su padre, y adoptándolo él también a fuerza de voluntad e introspección. La lectura se convirtió cada vez más, para ambos, en una manera de oponer resistencia a la realidad".
"Desde que abrió el negocio se dio cuenta de que los libros perdían fascinación para él, se despojaban de su halo sagrado: habían dejado de ser unos objetos puros, maravillosos (la música callada, la voz de los muertos que se escucha con los ojos) y habían terminado por convertirse en algo con precio, es decir, sin valor: en una mercancía".
"No me gusta intercambiar ideas con nadie, porque salgo perdiendo. Con usted, en cambio, quedamos casi a la par, y a veces gano".
"En el transplante de cabeza es preferible donar el cerebro que recibirlo".
"El Estropeadito (así le dicen porque le falta una presa de todas las que tenemos repetidas: un ojo, una oreja, un brazo, varios dientes, una pierna, y gentes hay que dicen que hasta uno de los dos testigos de su masculinidad".
"Hasta el que menos se piensa, de un día para otro, puede volverse digno de publicación".
"Porque en los humanos la atracción inmediata se disfraza de detalles corteses".
"Hombre promedio, que vota por el Partido Conservador, pero que ha reemplazado la pasión política por el fanatismo deportivo. Toda su cultura proviene de la televisión".
"Los hombres piensan que serían felices si no estuvieran casados; las mujeres piensan que serían felices si tuvieran otro marido. Ese es el secreto del matrimonio: nos da la coartada perfecta para atribuirle una causa a nuestra infelicidad".
"Yo no soy bueno para vivir con. Es raro que en español no se puedan poner preposiciones al final de la frase, con lo cómodas que son".
"No era amor; eran ganas, pero a veces esas cosas se confunden, sobre todo a los ojos de los otros, que suponen que todos los abrazos son iguales".
"una oración enmarcada, Señor, haz de mí un instrumento de tu paz, hipócritas".
"la patria no es otra cosa que una lengua y una colección de recuerdos de infancia y juventud".
"Los padres de Candela habían llegado a la ciudad de abajo a finales de siglo, desplazados de un pueblo de la costa, Macondo, que había sido diezmado, primero por las matanzas oficiales y luego por las burradas de la guerrilla, las amenazas de los narcos y las masacres de los paramilitares. Lo habían perdido todo: la casa, la inocencia, el entusiasmo, la fantasía, la confianza en la magia y hasta la memoria. De su aldea de casas de barro y cañabrava, de los espejismos del hielo, la astrología y la alquimia, sólo recordaban la lluvia interminable o la sequía infinita en la parcela ardiente donde intentaban en vano cultivar raíces de yuca y de ñame para los sancochos sin carne. Habían llegado a Angosta con lo puesto, salvo un pescadito de oro que su madre había heredado de un bisabuelo, y lo cuidaba como la niña de sus ojos, después de un viaje a pie de veintiseis días por ciénagas, selvas, páramos y cañadas".
"La mayoría de la gente calentana, sin embargo, es pacífica y mansa, también solidaria, por lo desesperada, pero la gente mansa, por mucha que sea, casi ni se nota".
"No es extraño que los hijos de grandes lectores resulten iletrados, o con gustos opuestos a los de los padres, por lo que se deshacen de los libros del progenitor como de un fardo in{util, un lastre, la rémora que les impide respirar".
"Las bibliotecas de los críticos suelen ser estpuendas, primero por la inmensa cantidad de libros (no los compran, se los mandan de regalo las editoriales, con dedicatorias lambonas de los autores, que intentan pagar con halagos y por anticipado una reseña favorable) y segundo porque la mayoría de ellos permanecen intonsos, como nuevos, no teniendo el crítico ni tiempo ni ganas de leer los libros que reseña. En Angosta se sabía que el lema de Afamador era el siguiente: "reseño los libros antes de leerlos; así, cuando los leo, ya sé qué pensar de ellos".
"-Aquí viene otro de los que viven en F, Faciolince, el creído.
-?qué hay de él?
-Ese librito corto, la culinaria.
-No es malo -dijo Quiroz.
-Malo no, ridículo -dijo Jursich-. Parece que Isabel Allende o Marcela Serrano hubieran reencarnado en él. Es un libro de hombre escrito con alma de mujer. Una maricada.
-A mí me pareció todo lo contrario. Parece el canto de un jilguero, que usa sus trinos para conquistar muchachas.
-?Por qué lo odias tanto, Jacobo?
-Tal vez porque se parece mucho a mi.
-Aquí están también los Fragmentos y el Hidalgo.
-El Hidalgo es lo único bueno de él. Después se engolosinó con su propia felicidad; es un talento desperdiciado, y no pasa de ahí -dijo Jacobo.
-No sabe escribir diálogos. Yo creo que si les encargara los diálogos a otros escritores, acabaría escribiendo un buen libro. Vive en Paradiso, encerrado en su torre de marfil. Cuando va a la librería, siempre dice que tiene afán. Para mí que la mujer lo domina y no lo deja salir.
-Cambiemos de tema, no sé por qué se ensañan contra un autor menor. Sigamos, Jursich".
"Es el mayor producto de exportación de estos países: no café, petróleo o cocaína; lo que más se produce por estos lados es gente, gente pobre".
"Ponerse el collar de piedras de Cartier que ahora usaba su ex esposa era lo mismo que colgarse del cuello una cuerdecita de fique con mil billetes de cien dólares engarzados: transmitían de modo más escondido o más explícito un mensaje idéntico: yo tengo mucha plata, y me sobra tanta como para colgarme del cuello un capital".
"Una crónica sin remembranzas no tiene sabor".
Héctor Abad Faciolince
Angosta
2004
Editorial Seix Barral
400 páginas
Escritora, columnista, periodista, abogada. Docente en la Universidad de Manizales. Doctora en literatura de la UTP y magister en estudios políticos de la Javeriana. Autora de la novela "El oído miope", el libro de cuentos "El lugar de todos los muertos" y el libro infantil "Sakas".
En Twitter: @adrivillegas.
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