Destiempo, el proyecto editorial que lidera desde Pereira el comunicador e investigador Mauricio Ramírez Gómez y que tiene como fin "la circulación de textos literarios y periodísticos, recuperados o inéditos, para motivar la investigación y encontrar nuevas relaciones con el presente", presenta en esta segunda entrega un conjunto de poemas de distintos autores traducidos por López Jaramillo y reunidos en el título "En el país de la magia y otras traducciones".
La primera entrega de Destiempo fueron las Crónicas recuperadas, de Ricardo Sánchez Arenas. Este segundo volumen, también en formato de bolsillo, plantea un salto espacial y formal: salir del territorio parroquial, cercano y próximo, para mostrar cómo el mundo llega a Pereira a través de la traducción de grandes autores, y presentar poemas de autores canónicos del siglo XX, en donde el verso libre y la creación de imágenes simbólicas son quizás el único elemento común.
En este volumen el lector tiene la oportunidad de conocer las traducciones que López Jaramillo hace de cinco poemas de Guillaume Apollinaire, tres de Ezra Pound, otros tres de Jacques Prevért, incluyendo el fantástico "Para hacer el retrato de un pájaro"; cuatro poemas de Kavafis y 15 poemas de Henri Michaux.
Me resulta imposible valorar la calidad de la traducción realizada por Eduardo López. No hablo las lenguas en las que fueron escritos estos poemas originalmente y, suponiendo que las conociera, de todas formas la traducción de un poema implica, además del dominio de la lengua, el dominio de las formas poéticas: de la musicalidad, del simbolismo, de las imágenes y resonancias que el autor logra en cada verso y que a veces resulta imposible trasvasar a la nueva lengua sin traicionar el sentido original. Por ello es común que la traducción literaria en general, pero la traducción de poesía en particular suscite polémica o debate, ya que el traductor debe tensar de manera simultánea múltiples cuerdas. Si suelta una sola, el resultado se convierte en una traición a la obra original.
Sin poder entonces valorar la calidad del traducción, valoro eso sí el ejercicio de rescate de estas traducciones hecho por Destiempo. El ejercicio de traducir ha sido históricamente una gran escuela para muchos escritores, que al enfrentarse al reto de desentrañar las claves de un texto aprenden de sus maestros elementos útiles para su propia escritura creativa. ¿Es la traducción en sí misma un ejercicio de escritura creativa? El debate no es nuevo y hay quienes así lo consideran, aunque yo prefiero pensar en el traductor como en un árbitro: entre menos se note, entre más invisible sea, mejor está su trabajo.
En los años 20 y 30 la prensa del Gran Caldas publicaba con frecuencia traducciones hechas por autores locales de escritores internacionales, principalemente de simbolistas franceses. No había, al parecer, las preocupaciones que hay hoy por los derechos de autor. Los escritores leían en francés, en inglés, en alemán o en latín y se lanzaban a traducir textos que firmaban al pie de la firma original, en un gesto casi de coautoría. Eduardo López es de una generación posterior, pero seguramente bebió de esa tradición.
En la presentación de este pequeño libro el editor Mauricio Ramírez Gómez comenta: "a mediados de la década de 1960, en la revista "Siglo Veinte", publicada por José Chalarca en Manizales, aparecieron traducciones del entonces joven Eduardo López Jaramillo, de textos de Albert Camus, T. S. Eliot, entre otros. Se trataba de textos que Eduardo enviaba desde Europa, donde se encontraba realizando estudios en la Universidad de Lovaina (Bélgica) con apenas veinte años de edad".
Durante siglos traducir fue un signo de cosmopolitismo: el traductor era la bisagra entre dos mundos. Un buen traductor era quien sumaba a su capacidad técnica para navegar entre dos lenguas la capacidad intelectual de detectar qué textos valía la pena ser traducidos. Eso que fue vigente hasta hace tan poco, quizás en unos años sea anacronismo: las nuevas tecnologías hacen hoy de manera automática lo que antes tomaba días de intensa reflexión.
En el país de la magia y otras traducciónes
Eduardo López Jaramillo
Destiempo, Colección literaria
Pereira
Mayo de 2025
84 páginas
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