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viernes, 2 de diciembre de 2022

Waldina Dávila: ser mujer y escritora en el siglo XIX, de Sandra Milena Trujillo Peña, Magda Liliana Barrero Vásquez y Franki Vanegas Tovar


“Waldina Dávila: ser mujer y escritora en el siglo XIX” es un libro valioso que entra a enriquecer el corpus investigativo creciente sobre mujeres escritoras en el siglo XIX en América Latina. En el caso colombiano la mayoría de los estudios biobibliográficos sobre autoras del siglo XIX se concentran en la vida y obra de Soledad Acosta de Samper, salvo algunos trabajos específicos y puntuales publicados en revistas especializadas.

Entre los aportes del libro está, en primer lugar, consolidar un relato biográfico completo sobre esta autora huilense, que incluye el contexto sociocultural en el que produjo su obra. En segundo lugar, los investigadores abordan un análisis de las obras literarias de Waldina Dávila, con énfasis en lo que significa “ser mujer” dentro de su obra. Waldina Dávila escribió el cuento "Mis próceres" (1890), las novelas El Trabajo (1884), La muleta (1892) y Luz de la noche (1892) y la obra teatral Zuma (1892), además de 44 poemas que este libro pone al alcance del público lector con una edición actualizada que entrega al final, a manera de anexo.

El libro es pertinente por su abordaje metodológico, por la información que ofrece y, principalmente, por proponer la investigación sobre una escritora que ha sido marginada de los estudios académicos. Independiente de la valoración estética sobre la calidad de su obra, la circulación y análisis de los textos literarios escritos por mujeres en épocas lejanas y que cayeron en el olvido evidencia un compromiso académico y político que permite la reformulación del canon literario regional y la emergencia de voces que desde el pasado pueden dar pistas para la comprensión del presente.

Waldina Dávila: ser mujer y escritora en el siglo XIX
Sandra Milena Trujillo Peña, Magda Liliana Barrero Vásquez y Franki Vanegas Tovar.
Editorial Universidad Tecnológica de Pereira
Pereira, 2021
300 páginas

miércoles, 15 de agosto de 2018

Mi unicornio azul, de Rigoberto Gil

En una ocasión le escuché decir a Alonso Sánchez Baute que cuando Jorge Alí Triana adaptó al teatro su novela "La maldita primavera", identificó más de 300 referencias musicales en el texto original en canciones de todo tipo, empezando por la música de plancha que le dio título.

"Mi unicornio azul", la novela de Rigoberto Gil Montoya que en 2014 ganó el Premio Nacional de Cultura de la Universidad de Antioquia y que acaba de reeditar la UTP, también tiene nombre de canción y numerosas referencias en sus páginas: desde las canciones-protesta de Puebla y El cóndor pasa hasta, por supuesto, el famoso unicornio azul que ayer se me perdió. 

Menciono las referencias porque "Mi unicornio azul" es un texto construido a partir de su uso: además de las musicales está lleno de alusiones literarias y cinematográficas. No hay una de sus 239 páginas que carezca de alguna referencia. Algunas son explícitas con nombre propio (se necesita atrevimiento para juntar en un mismo texto a Paul Auster, Bukowski, Eduardo Galeano, Fitzgerald, Carver, Walter Riso, Efraim Medina Reyes, Benedetti, Cercas, Marías, Coetzee y Juventud en éxtasis) y otras implícitas en juegos de palabras que aluden al Ensayo sobre la ceguera, El nombre de la rosa, Aura y otro sin fin de novelas y películas. Detectarlas puede ser un ejercicio entretenido.


La anécdota de la novela es sencilla: Juanmi, un chico que trabaja en el departamento de Sistemas de una universidad pública, se ve involucrado en una jornada de protesta estudiantil que incluye arengas, papas bombas, marihuana, golpizas y deseo erótico. Todo ocurre en un único espacio, la universidad, y en un único día. Aunque no se menciona la ciudad en la que ocurre la novela (podría ser en la Universidad Tecnológica de Pereira o en la Universidad Nacional, o cualquier universidad pública), la época de los hechos sí es clara: el gobierno de la seguridad democrática de Alvaro Uribe Vélez, presidente de Colombia entre 2002 y 2010. "-Señor presidente: ¡desmovilícese!" le dicen varias veces a lo largo del texto, en una de las distintas frases que se repiten como mantra a través de los ocho capítulos.

En 2009 Miguel Angel Manrique publicó "Disturbio", una novela que tiene a la Universidad Nacional como protagonista. "Mi unicornio azul" utiliza el mismo escenario pero es muy distinta en el tratamiento del lenguaje: Rigoberto Gil le apuesta al humor. Su novela es un divertimento construido no tanto a partir de situaciones cómicas (si acaso son tragicómicas) sino más bien a partir de las palabras que el autor elige para cada una de sus frases. Gil toma el lenguaje mamerto de los estudiantes revoltosos y lo exprime hasta evidenciar sus propias ridiculeces. En ese sentido, se trata de una novela que no es políticamente correcta y se aleja de la reflexión intelectual academicista. Es más bien una burla llena de guiños íntimos a los códigos y prejuicios que circulan en las universidades.

No creo que se trate de una novela para todo tipo de público, y eso no es, ni mucho menos, una desventaja. Es un texto que deleitarán mejor quienes han pasado por un ambiente universitario y, sobre todo,  quienes pueden identificar los libros, autores, personajes y películas a los que alude el autor. Pero incluso es posible que quienes no reúnan estas dos características puedan disfrutar el libro, siempre y cuando tengan buena disposición para la risa. Este libro es un artefacto de inteligente burla.

Algunas frases:
"Ella miró de soslayo mi perfil, mi real Facebook".

"Diversas corrientes de extrema izquierda y extrema derecha, e incluso exóticos grupos ambidiestros".

"Muchachitas de Industrial que leían a Riso y a Coelho en ediciones resumidas".

"a decirle cosas bonitas, cosas de la era sensible, de esas que se le ocurren a uno mientras observa con deleite una escena porno en casa de su mejor amiga".

"les parecía muy difícil discernir mis discursos propios de aquellos que citaba sin comillas y lo peor: cada vez que hablaba, ellos tenían la impresión de que eso, o bien ya lo había dicho, o bien ellos lo habían leído en otra parte".

"¿No aclaraba esta disputa que los problemas del mundo son, en efecto, un problema de lenguaje?"

"debes entenderlo un poco, al Che. Tuvo cinco hijos y eso para ningún hombre es sano, le hace perder un poco el contacto con la realidad".

"No puedes entregarle el país a un hombre cuyo padre ha sido asesinado, ni la redacción de su carta programática al galimático pariente de Pablo, el gran filósofo del crimen organizado".

"Gorbachov se convirtió en un ejecutivo y costoso conferencista del pensamiento neoliberal, tipo Clinton -una rama sólida de la reingeniería capitalista, deduje- y el muro de Berlín se vendió en pedazos como souvenir".

"La autonomía universitaria del lado de los estudiantes opera así: una gran minoría decide sobre la mayoría".

"una mujer no es más que el tránsito hacia otra mujer".


Mi unicornio azul
Rigoberto Gil Montoya
Editorial UTP (primera edición UdeA, 2014)
Pereira
2018
251 páginas