miércoles, 13 de octubre de 2021

Beya (Le viste la cara a Dios), de Gabriela Cabezón Cámara e Iñaki Echeverría

La Bella Durmiente de este cuento es Beya, una prostituta que duerme poco porque su explotador la necesita despierta, trabajando y produciendo. Como el cuerpo se cansa y le pide dormir, entonces Beya snifa y se droga para no sentir, para aguantar, para sobrevivir. 

Por el puticlub de Lanús en el que permanece Beya día y noche desfilan policías, políticos, sacerdotes y muchos hombres viejos. La desgracia de Beya es ser prostituta en la era del viagra. 

El amor ni se menciona. El amor, el afecto y la ternura no caben en el mundo violento que habita esta mujer inteligente, que comprende los códigos y desde su situación diseña estrategias para recuperar el control de su mundo.

Beya es una novela gráfica con textos cortos, rítmicos y cercanos a la poesía, de Gabriela Cabezón Cámara, a partir de su novela Le viste la cara a Dios (2011) e ilustraciones crudas, en blanco y negro, con mucho pop, de Iñaki Echeverría. Una obra dolorosa, dura, cruda, que alude a la iconografía religiosa para denunciar una realidad de violencia y feminicidio que afecta a miles de mujeres en todo el continente.

Algunas frases

Le gustaría matarte
si no le gustara más
hacer guita con tu carne (p. 36)

La caricia del cafisho
y las sogas del cafisho
aniñan y así estás vos,
como una nena que duerme 
para que la paliza pase,
pero no sos una nena
y bien sabes que mañana
no va a venir tu papá
con tostadas con manteca
ni leche con chocolate
eso sí sabés que no,
que no lo hace ni el Dios (p. 44). 

Esto no lo olvidás nunca:
En la peor de las mazmorras
Se puede amar al que pega
Y eso es peor que darle entero
el propio espíritu al diablo (p. 49).

El odio puede habitarse
como se habitan también 
la adicción y la paliza (p. 57).

Durante algunas semanas
apenas te lamentás
porque te tocó ser puta
en la puta era del viagra (p. 59).

Después de meses sin ver
más cielo que el cielo raso (p. 94).

Le diste el beso en la boca 
que no le dabas a nadie
sin entender demasiado
y cuando entendiste un poco
empezaste a mirar bien
y entonces le viste entera
toda la cara a tu dios (p. 104).


Beya (Le viste la cara a Dios)
Gabriela Cabezón Cámara e Iñaki Echeverría
Editorial Eterna Cadencia
Buenos Aires, 2013
128 páginas





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