sábado, 10 de abril de 2021

¿Por qué los matan?, de Ariel Ávila Martínez


¿Por qué los matan? es un libro híbrido entre el reportaje y el ensayo académico, en el que el analista y profesor Ariel Ávila presenta un panorama que busca caracterizar el asesinato, amenazas y demás formas de victimización de líderes sociales en Colombia en los últimos años, principalmente después de la firma del acuerdo de paz con las Farc en 2016.

De acuerdo con Ávila, aunque hay numerosos grupos determinadores de los asesinatos y en consecuencia no hay un único responsable, es claro que los líderes sociales asesinados sí tienen parámetros comunes: son defensores de derechos humanos, reclamantes de tierras, líderes comunitarios, líderes medioambientales, entre otros. 

Ávila señala que la escalada violenta contra líderes sociales se explica apenas de una manera muy parcial por la desmovilización de las Farc y la entrada de otros grupos armados en los territorios que éstos ocupaban (ante la incapacidad del Estado para llegar a esas zonas). También hay factores asociados al narcotráfico y a las dinámicas políticas locales, en particular la competencia electoral.

Así mismo contrasta el enorme nivel de conflictividad en zonas como el departamento del Cauca, con un denso, sólido y digno tejido social de indígenas, líderes comunitarios, campesinos y afro, en oposición al supuesto remanso de paz que es hoy la Costa Atlántica y Urabá, en donde en realidad lo que ocurrió fue un violento silenciamiento de las voces disonantes. En departamentos como Atlántico o Cesar los homicidios hoy son bajos porque hay una hegemonía autoritaria política que se benefició del silenciamiento de los movimientos sociales en el pasado y por ello hoy reina el unanimismo. 

El libro trae cuadros, tablas, mapas y gráficos que ayudan a sustentar las diversas hipótesis que de manera didáctica expone el autor.

Algunas frases:
"El que mata no es el mismo y en eso el Gobierno tiene razón, pero la sistematicidad pareciera estar desde el perfil de la víctima. No mata el mismo, pero matan a los mismos" (p. 15).

"Las agresiones que registra el Programa son asesinatos, amenazas, robo de información, atentados, detención arbitraria, hostigamiento, judicialización, violencia sexual y desaparición, a personas defensoras de derechos humanos y en ejercicio de algún liderazgo social" (p. 50).

"Al referirnos al lugar donde se cometieron estos crímenes, la mayor proporción corresponde a la vivienda o a los alrededores de la vivienda del defensor(a) (26 casos); esto indica la premeditación y el seguimiento que precede al homicidio de los defensores (as)" (p. 75).

"A nadie le gusta que lo persigan toda su vida. La población siembra coca porque le toca y no por gusto" (p. 89).

"Ni el gobierno Santos ni el gobierno Duque lograron crear un mecanismo de copamiento territorial de las zonas que les pertenecían a las Farc" (p. 97).

"Colombia es el país en toda América Latina donde más se asesinan líderes sociales (...) la tasa de impunidad de los homicidios contra los defensores y defensoras en Colombia se ha situado en torno al 95%" (p. 116).

"Los conflictos armados en medio de economías ilegales van dejando lo que se podría denominar un ejército de reserva criminal. Se denominan guerras recicladas" (p. 119).

"En Colombia la violencia procesa la política o, lo que es lo mismo, la violencia es un mecanismo más de competencia política (...) la violencia del conflicto armado entre los años noventa del siglo XX y los primeros años del siglo XXI fue un momento, entre muchos otros, de la consolidación de estos clanes políticos en el poder local y regional" (p. 145).

"El Estado, analizado como instituciones públicas y funcionarios, tiene dos caras. En la primera, la que llamaría nacional, existe una preocupación genuina por la seguridad de los líderes sociales y realiza acciones institucionales para detener la masacre. En la segunda cara, la local, hay otro Estado, muy diferente, que se caracteriza por la indiferencia hacia las víctimas y la complacencia con los criminales. Los alcaldes consideran a los líderes sociales vagos, vividores y guerrilleros camuflados y muchas veces no les creen las denuncias" (p. 230).

"Los líderes que no son desplazados o asesinados son reclutados bajo el mecanismo de dejarlos participar en elecciones con cargos de diferente nivel" (p. 324).

"Durante las últimas décadas se produjo el más grande proceso de homogeneización política en el país, y dentro de la élite gobernante se dio un proceso de reclutamiento, el más grande que se haya presentado desde la década de los 70. La élite emergente local y regional se impuso sobre buena parte de la élite nacional" (p. 324).


¿Por qué los matan?
Ariel Ávila Martínez
Editorial Planeta
Bogotá
2020
324 páginas

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