sábado, 8 de abril de 2023

Blanca, antología de la obra literaria de Blanca Isaza de Jaramillo Meza


"Blanca, antología de la obra literaria de Blanca Isaza de Jaramillo Meza" es una hermosa edición con fotos, detalles tipográficos a color y un prólogo lleno de emoción en el que se compilan algunos cuentos, poemas y crónicas escritos por Blanca Isaza de Jaramillo Meza.

La obra fue publicada en 2017 por la Universidad de Caldas, fruto de un trabajo de investigación que realizó Nicolás Duque Buitrago, autor del prólogo, en el archivo bibliográfico de Blanca Isaza, que quedó al cuidado de su hija menor, Aída, cuando murió la poeta en 1967 y la siguió su esposo, el también poeta Juan Bautista Jaramillo Meza, en 1978. 

El libro comienza con un prólogo en el que Nicolás Duque ubica el contexto en el que se produjo la obra de Blanca Isaza, su labor como editora de la Revista Manizales, desde 1940, y el destino de la casa familiar, en donde él mismo pudo desarrollar su investigación, y que al momento de la publicación del libro ya se adivinaba su demolición, como efectivamente ocurrió poco tiempo después.
A continuación el libro trae tres partes, impresas en papeles distintos: una de crónicas, la segunda de cuentos y la tercera de poemas, que dan cuenta del calificativo que Nicolás Duque le da a Blanca Isaza, como una "mujer múltiple". 


Los textos no incluyen ni la fecha ni el lugar original de publicación, y esta falla impide ubicar su contexto y la evolución de la autora, teniendo en cuenta que se mantuvo vigente durante 50 años, entre 1917 y 1967. No obstante esta carencia, el libro sí permite ver los distintos registros de la escritora, interesada por el mundo de lo pequeño, desde las chicharras hasta las flores, emparentada con San Francisco de Asís en ese interés por el múndo de lo mínimo. Y ese interés por el detalle preciso es lo que hace que de los tres géneros incluidos en el libro, sean las crónicas las que quizás mejor envejecen: pese a que la crónica está atada a la actualidad y es un género periodístico, en el caso de Blanca Isaza son crónicas que logran detener un instante de tiempo y traerlo vivo al tiempo presente.

Algunos párrafos:

De la crónica "Toda una vida"
"Aquel poemita (El río) fue publicado por primera vez en El Surco, un periódico semanal fundado y dirigido por Benjamín Tejada Córdoba, el padre de Luis, el inolvidable cronista que abrió rumbos nuevos a la literatura nacional, que tenía desplantes geniales y jugaba con las metáforas como un malabarista. Más tarde fue publicado en Renacimiento, el primer diario que tuvo Manizales fundado por don Justiniano Macías. En torno a la niña poetisa se hizo un poco de popularidad; el inicial elogio lírico de esos versos que ahora releo con suave nostalgia se lo debo a Aurelio Martínez Mutis, aquel glorioso cantor de la patria; y el fino comentario en prosa fue escrito por Luis Tablanca, amigo del corazón y quien aún vive en su lida tierra de El Carmen, en el Norte de Santander: Yo quiero mucho el río que cruza por la aldea / que canta a todas horas, que ríe sin cesar / el río que se incendia bajo la luz febea / y que se torna plata bajo la luz lunar..." (p. 40).

Recuerdo la emoción con que mi padre, que era el Juez de Santa Rosa, leyó mis versos; que esa muchachita ingenua que se vestía de olanes baratos, que se peinaba de capul, que se enredaba un jazmín anacrónico en los cabellos, que había tenido poco estudio, que se entregaba por entero a las simples labores hogareñas, le hubiera resultado escribiendo versos, le dio la más estupenda y dulce sorpresa de su vida; me parece verlo; cuando me interrogó varias veces si aquello era mío, si lo había escrito yo, pensé que iba a reprenderme y le dije con esa feliz ingenuidad que aún recuerdo: -Sí, papá, pero yo no tuve la culpa (p. 41). 

De la crónica "La muerte de las cosas"
Existen extrañas similitudes entre la muerte de las personas y la muerte de algunas cosas y de algunos sitios; a veces es una muerte súbita, impresionante, fatal; otras, es la desintegración lenta, progresiva, inexorable; la agonía despaciosa e ignorada que acaba ya por no conmover a nadie (p. 55). 

De la crónica "Una hermosa labor"
Es algo tan finamente bondadoso como ese oficio de las bellas cosas inútiles que no sirven sino para eso; para no ser prácticas ni técnicas, sino simplemente hermosas (p. 61).

ha de sentir lo mismo que elpoeta cuando entre esta profusa literatura de fútbol, de deportes, de ciclismo, de competencias olímpicas, de boxeo, de toros y de carreras de caballos, se encuentra por casualidad una estrofa perfecta, un poema que le llega al corazón, una frase que aún tenga algo de belleza y de dulzura (p. 61). 

De la crónica "El turpial inválido"
(sobre la mamá) La que cifró mis ternuras y fue razón y norte de este noble ejercicio de escribir (p. 73).

De la crónica "Las mujeres que trabajan"
Las mujeres que trabajan en las oficinas son tan dignas como las que trabajan en el recinto amable del hogar, y sin más merecedoras del respeto y del cariño de todos, que las que se pasan las dos terceras partes de su vida en los salones de belleza, en las casas de modas y en los costureros donde con lamentable frecuencia se pespuntan por parejo telas y reputaciones (p. 82). 

De la crónica "El desolado rostro de la violencia"
Nuestra ciudad ha sido como una privilegiada isla de paz entre este oleaje de pavor (p. 87). 

De la crónica "La gloria de Barba Jacob"
Siempre será tardío el homenaje; siempre se esperará a que el artista no haga sombra para reconocerle sus méritos; no importa que en su vida se le haya perseguido, ignorado, desconocido; después, su memoria servirá para hacer fiestas y gastar pródigamente los dineros del Estado (p. 144). 

De la crónica "La ilusión de viajar"
El dolor nos hace apreciar mejor aquellas mínimas satisfacciones que cuando estamos sanos nos pasan desapercibidas y no sabemos agradecer (p. 155). 

A través del anhelo que no se realiza las cosas se ven más bellas y más altas por la misma razón de ser inalcanzables (p. 157)

Del cuento "Paso de zarzuela"
se tuvo a buen cuidado de no invitar a los pocos liberales sobrevivientes que se habían quedado en Florilandia, ya silenciosos y camuflados de azul (p. 185).

Del poema "La canción romántica
Sabes lo que me alegra
en la dura jornada (...)
No haber escrito versos
que no puedas leer

Del poema "Viñeta de otoño"
Siempre encontré la fuente de Castalia
en la paz de la casa solariega,
en esa primordial filosofía
de acompasar el canto a la faena.


He tenido ese culto apasionado
de las cosas pequeñas 
y como Maeterlinck paso las horas
absorta ante el país de las abejas.

Se canta porque sí, porque es preciso
fraguar la vida en moldes de belleza


Blanca
Antología de la obra literaria de Blanca Isaza de Jaramillo Meza
Prólogo de Nicolás Duque Buitrago
Editorial Universidad de Caldas
Manizales, 2017
274 páginas

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