La vida de Marina Tsvietáieva atraviesa su obra poética. Su esposo hizo parte del ejército contrarrevolucionario y su obra poética reunida en Campamento de cisnes se distancia de la euforia del ejército rojo para narrar el dolor de la guerra y la muerte de soldados, independiente del bando en el que militen.
Empezó a escribir poesía a los 6 años y a publicar desde los 16. En un ejercicio de "contestar una encuesta", solicitado por su amigo Boris Pasternak, Marina explica que su mayor influencia poética viene de su madre, quien tenía una especial sensibilidad musical. También dice que sus autores favoritos son Heine, Goethe y Holderlin y sus libros favoritos El Cantar de los Nibelungos, La Ilíada y El Cantar de Ígor.
Vivió en París, Praga y otras ciudades, y desde joven escribía en ruso, alemán y francés, y la traducción le permitió sobrevivir en épocas de crisis económica. Aunque permaneció muchos años casada con Serguei Efrón, él no fue el único amor de su vida. Fue amante de Ósip Mandelstam, así como de distintas mujeres. Mantuvo estrecha correspondencia con Rainer María Rilke, Boris Pasternak, Maiakovski y otros autores de su tiempo.
El volumen editado por Sílaba incluye un completo prólogo de Jesús García Gabaldón, traductor de los poemas. Allí se incluyen algunas afirmaciones y reflexiones sobre Marina, de donde extraigo las siguientes frases:"La creación es un estado de fascinación. Mientras no se ha comenzado con el trabajo, es una obsesión. Mientras no se ha terminado, una posesión. Alguien o algo nos invade y a mano no nos sigue a nosotros sino al otro. ¿Quién o qué? Aquello que exige ser a través de nosotros" (p. 26).
"Según ella, todo poeta es en esencia un emigrante del reino de los cielos y del paraíso terrenal de la naturaleza. El poeta lleva siempre el estigma especial del inconformismo, de la incomodidad" (p.26).
"La poesía, afirma Tsvietáieva, es una traducción de la lengua natal a otra, una forma de comunicación con alguien ausente. Es una forma de conjurar la separación, el vacío, la muerte, el olvido" (p. 27).
"¿Escribí yo el libro? No. El libro surgió" (p. 29).
"... un lamento por la pérdida de la tradición rusa, que conlleva, por una parte, una destrucción de la identidad cultural del espíritu ruso; y, por otra, una pérdida de la libertad individual, que para Tsvietáieva es el valor supremo de la vida humana" (p. 31).
"Mis versos son un diario íntimo; mi poesía, una poesía de nombres propios" (p. 32).
"A diferencia de los poetas, los revolucionarios aspiran a arrebatar el poder para hacerlo más fuerte" (p. 35).
"Mi forma de comunicación favorita es con el más allá: en sueños. Soñar con alguien. La segunda es la correspondencia. Las cartas son una forma de comunicación con el más acá, no tan perfecta como los sueños, pero sujetas a las mismas leyes" (p. 42).
"Mis cosas preferidas en el mundo: la música, la naturaleza, la poesía, la soledad. Total indiferencia hacia la vida social, el teatro, las artes plásticas y visuales. El sentimiento de propiedad se limita a hijos y cuadernos. Si fuera un escudo llevaría el lema "No te dignes". La vida es una estación, pronto partiré: a dónde, no lo diré" (p.56)
Campamento de cisnes, Versos a Blok y Poesía elegíaca
Marina Tsvietáieva
Sílaba Editores
Medellín, 2020
268 páginas
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