Ben en el mundo tiene como subtítulo "la continuación de El quinto hijo". Sin embargo pareciera que no lo es. Es decir: El quinto hijo termina con Ben adolescente, en medio de pandillas, y Ben en el mundo comienza con Ben de 18 años, cuando se ha ido de su casa. En ese sentido un libro sí es continuación del otro. Ambos conservan el mismo protagonista y antecedentes. Pero el aura de inquietud y misterio que rodea el primer libro desaparece en el segundo. Son la misma historia pero pareciera escrita por dos autores distintos.
El quinto hijo plantea enormes dudas sobre la maternidad, la paternidad, las relaciones de familia. ¿Qué pasa si un hijo nos causa aversión? ¿Cómo reaccionar ante un hijo que quiere matar a sus hermanos? ¿Qué hace una esposa cuando su marido rechaza a su propio hijo? Todas esas cuestiones de fondo desaparecen en Ben en el mundo, porque en este libro Ben no tiene familia. Su madre es un figurante que aparece en una página, cuando él la ve pero no le habla, y sus 4 hermanos se reducen a uno solo, Paul, que apenas se menciona.
En El quinto hijo es claro que Ben es raro, pero no se sabe por qué. Los médicos dicen que es normal y sano, así que el enigma se traslada al lector, que construye mil hipótesis alrededor de lo que puede ocurrir con el chico. En Ben en el mundo desde el comienzo se plantea la necesidad de explicar el misterio con frases como:
"La anciana sabía que no era humano: No es uno de nosotros"
"No se parecía a nada que ella conociera"
"O se plantaba junto a la vaca, le echaba un brazo al pescuezo y pegaba su cara del animal y las ráfagas cálidas y agradables de su aliento, cuando volvía la cabeza para olisquearle, le parecían la bondad misma y le hacían sentirse seguro".
"¿Qué era Ben? Dormía en su cama, como todos los demás, empleaba los cubiertos, mantenía su ropa limpia, le gustaba la barba arreglada y el cabello cortado, y sin embargo no se parecía a nadie".
En Ben en el mundo se explica que Ben es el Yeti, que tiene hombros anchos, caderas estrechas, barba tupida, mucho pelo, ojos a los que les fastidia la luz, un oído agudo y necesidad permanente de comer carne. Es entonces el eslabón perdido... Es como si su madre hubiese tenido un hijo que es una regresión en el tiempo, un hombre de las cavernas en pleno Siglo XX.
Sin embargo la novela no ocurre en clave de ciencia ficción, sino de drama realista, en el que los personajes que tienen gran relevancia para Ben de pronto desaparecen sin dejar mayor rastro y sin mayor explicación. Es como si la autora hubiese empezado a escribir el libro sin un rumbo claro y este hubiera ido apareciendo a medida que construía el relato, que salta de Londres a Niza, luego a Río de Janeiro y por último a Jujuy.
El estilo de Lessing es el de narrar con acciones y pocas digresiones. Ben en el mundo plantea un duro cuestionamiento a los experimentos científicos con animales, pero no lo hace con discursos sino a partir de la descripción narrativa de un laboratorio científico. Su técnica no es la del monólogo interior ni la reflexión o el diálogo sobre sentimientos. Sus textos son narracciones cargadas de acciones, en las que los personajes viajan, caminan, pelean, se esconden. Y a partir de ahí el lector saca sus conclusiones.
Lessing publicó este libro en 2000 y ganó el Nobel en 2007. Es claro entonces que el jurado, y seguramente miles de lectores, encontraron en esta novela valiosos elementos narrativos, de estructura o de personajes. Yo leí primero El quinto hijo y me quedo con ese. El aura de misterio y suspenso que logra ahí es difícil de superar.
Otras frases:
Había algunas revistas, pero las personas de las ilustraciones y de las fotografías no eran amigas suyas y sabía que no lo serían nunca.
El teatro atraía a Inés como sólo puede atraer a quienes no se han desviado en toda la vida del camino marcado desde el nacimiento. Se consideraba condenada a lo previsible.
todos guardarían silencio porque tenían demasiado miedo a perder el trabajo, sus preciosos trabajos, tan difíciles de conseguir.
veía a Teresa como podía ver a un ratón que decide erguirse sobre las patas traseras y amenazar a un gato.
Ben en el mundo
Doris Lessing
Editorial Punto de Lectura
2007 (primera edición 2000)
Traducción Angela Pérez.
Bogotá.
269 páginas
Diario de lectura. Leemos libros, subrayamos libros, comentamos libros.
jueves, 26 de noviembre de 2015
Ben en el mundo, de Doris Lessing
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Escritora, columnista, periodista, abogada. Docente en la Universidad de Manizales. Doctora en literatura de la UTP y magister en estudios políticos de la Javeriana. Autora de la novela "El oído miope", el libro de cuentos "El lugar de todos los muertos" y el libro infantil "Sakas".
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ResponderEliminarLAS MUJERES QUE NO ERAN QUIENES DECIAN SER
autor Alejandro Marin
www.cortemoslacarajo.blogspot.com
Novela negra rioplatense.
Dos amigos, un economista de profesión y cocinero por afición y un comisario ex jefe de Delitos Complejos de la Policía Federal, tratan de desentrañar el misterio del caso que les ha caído entre manos.
La historia viaja entre Montevideo y Buenos Aires, a veces separada por el río y otras por un desigual contexto, en donde la margen occidental vive estragada por la mentira, la corrupción y la burda vindicación de la violencia. Y un decidido esfuerzo colectivo por negar la realidad de lo ocurrido, en un pasado cargado de arrebato y animosidad contra quien pensaba distinto.
El relato pinta de cuerpo entero a los personajes centrales que deambulan por los distintos ambientes, que los investigadores tienen que recorrer en la afanosa búsqueda de la verdad.
Escrito en un estilo ameno, donde no están ausentes ni el humor ni la ironía inteligente, el relato le reserva un pequeño lugar a los avatares de la economía argentina y a la descripción de sabrosas comidas, en casos con sus detalladas historias y recetas. Con la convicción que el buen comer y beber, además de un sano ejercicio para una mejor calidad de vida, también representa una plataforma desde donde aguzar el ingenio y reflexionar sobre los acontecimientos que ayudan a encontrar los secretos que uno persigue.