Manuel es un estudiante de literatura de la Universidad Nacional (la Nacho es la verdadera protagonista de esta historia), que sufre el rechazo de sus compañeros por ser pobre, feo y por no ser intelectual: lee Stephen King en vez de los formalistas rusos, le gusta el comic y se viste de sudadera gris y no con el disfraz de bufanda, boina o sombrero que usan los intelectuales para verse como tales.
A Manuel le ocurren cosas: se rapa, descubre que su papá no murió sino que lo abandonó, se enamora de la niña rica del curso, consigue amigos, presencia un homicidio. Y en medio de toda esta cotidianidad de estudiante universitario, se entretejen las historias de sus profesores, sus compañeros de clases y su mamá, que lentamente se van enredando unas con otras hasta explotar como coctel molotov en un disturbio de esos tan característicos de la Nacional, como el Jardín de Freud, la biblioteca o las cafeterías.
Esta obra ganó el Premio Nacional de Novela 2008 por su humor, su sarcasmo, su crítica a la pose de ciertos literatos, que tienen más contacto con el análisis del análisis del análisis, que con las obras literarias.
Podría decirse que algunos personajes se transforman demasiado rápido, o sin una causa aparente, aunque también puede pensarse que la juventud es así, de cambio vertiginoso y sin motivo. Sin embargo, más allá de Manuel, Omar, Iris, Sara, Victoria y los demás personajes, el gran retrato que construye Disturbio es el del campus de la U. Nacional en la Avenida el Dorado: Aparecen sus entradas por la 26, la 45 y la 50; sus salones, sus baños, la biblioteca, el pasto, las oficinas. Así como Orlando Mejía Rivera logra una construcción literaria de la Universidad de Caldas en Recordando a Bosé, Miguel Angel Manrique hace lo propio con la Nacional en Disturbio y este sólo hecho es suficiente motivo para animarse a leerla.
Algunas frases:
Consideraba las historietas, el arte por excelencia de las clases medias.
tienes la mentalidad del funcionario. Cobarde y sumisa. El funcionario siempre tiene miedo de que lo echen a la calle como a un trasto viejo. Sabe que está ahí, porque sus superiores lo han decidido.
Ya sabes, la vida es una excepción de la muerte.
Nadie quiere morir con las uñas sucias y las medias rotas.
De rutinas neuróticas, de círculos viciosos está hecha la vida.
concluyó que hablar de sexo en cualquier expresión de la cultura era un problema menor.
Sara intentó imaginar el futuro al lado de Manuel. Trató de construir un mundo más allá del presente que vivía, pero no pudo. Entonces se consoló con el pasado.
Disturbio
Miguel Angel Manrique
Editorial Seix Barral
Primera edición: mayo de 2009
Bogotá
195 páginas
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