Las tres partes en que está dividida la novela se leen rápido, al mismo ritmo vertiginoso en el que ocurre la acción. O mejor, las acciones, porque empieza contando varias historias distintas y paralelas que se van entrelazando a manera de un rompecabezas, que sólo queda completo en la última escena.
Escribo escena y no capítulo, porque el libro se ve: se ven los carros, la carretera destapada, las mesas del restaurante de paso en la vía, la cama de la casa de citas, el hospital, el tiroteo, el centro comercial en el que hay una maratón de chistes. Todos los espacios y personajes se ven nítidamente, en medio del calor pegajoso del Magdalena Medio tolimense, lugar en el que ocurre la historia, que podría resumirse como el relato de lo que le pasó a Paula Cristina y a su amiga Erika, dos adolescentes que se volaron de Ibagué para encontrarse con dos amigos en Honda. Las cosas no salen como estaban planeadas y de pronto empiezan a empeorar a medida que avanzan las páginas, entre el miedo y la zozobra.
Llaman también la atención los personajes, por múltiples, disímiles y claros. No hay una única voz o un protagonista en torno al cual gire la narración. Hay varios personajes que se van relacionando de manera fortuita y fatal. Destinos intermedios son esos puntos del mapa que recorre un bus Bolivariano de una capital a otra, pero también son esas vidas que quedan a la mitad, por haber estado en un cruce de caminos en el momento equivocado, en una zona muy caliente, y no solo por el clima.
Dice Octavio Escobar que el espacio está inspirado en su experiencia, ya que prestó su servicio rural como médico en La Dorada, en una época en la que el narcotráfico ya financiaba buena parte de la economía local. Además, el locutor de la obra está inspirado en Pacheco y la cantante Jimena Sombras en Claudia de Colombia. Sin embargo se trata de guiños muy sutiles, que le sirven a él para crear un personaje definido, pero que pasan imperceptibles para el lector que no tenga dichos referentes.
Destinos Intermedios es una novela muy entretenida, que en la última página invita a dos acciones: primero, a volverla a leer, para re-armar el rompecabezas conociendo ya todas las fichas, y segundo, a leer a Saide, la otra novela en la que también aparecen algunos de los personajes que se incluyen en ésta.
Algunas frases:
Su busto lo más a la altura de las circunstancias que le era posible.
¡detrás de todo hombre que triunfa hay una mujer muy sorprendida!
Una mujer de unos cuarenta años, redonda por todas partes y con una frente tan amplia que de inmediato inspiraba uno o dos apodos
Como siempre: buscando el futuro a través de un marido. Es la historia de este pueblo.
Todo era como un sueño con problemas en la banda sonora
mangostinos, una fruta redonda, de cáscara violeta y durísima, que alberga unas pocas semillas rodeadas por una masa algodonosa de un sabor muy sutil, exquisita.
Sus profesores en Manizales no lo habían preparado para situaciones de ese tipo, ni para muchas otras; le hablaron demasiado de enfermedades que son más comunes en los libros de medicina que en las comunidades en las que se presentan, no de la violencia.
Las hijas controlan más que las esposas.
Destinos Intermedios
Octavio Escobar Giraldo
Editorial Periférica
Cáceres, España
2010
194 páginas
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