lunes, 23 de septiembre de 2013

Cielo parcialmente nublado, de Octavio Escobar Giraldo

Se ha vuelto hasta cliché asociar la escritura de Octavio Escobar Giraldo con "postmodernidad" y es usual que en las entrevistas le pregunten por su prosa postmoderna y sus juegos con las estructuras narrativas. 

Quien busque ese tipo de propuesta en "Cielo parcialmente nublado", se equivocó de libro. Esta es una historia sencilla (¿demasiado sencilla?) contada de manera lineal. Andrés es manizaleño, lleva 13 años en España, vino hace 5 años a Cartagena pero no visita su ciudad desde que se fue. En las noticias se habla de los diálogos de paz de Andrés Pastrana, el despeje del Caguán, y al papá de Andrés le da tanta angustia que anuncia que va a vender la casa y empieza a empacar todo en un baúl. La mamá sospecha que el papá se enloqueció, llama a Andrés a pedirle ayuda y entonces Andrés arma viaje para estar la primera semana del año en Manizales (la semana de Ferias), con sus papás y su hermana Mafe, que vive en Pereira.

Todo eso es lo que se nos anuncia en el primer capítulo. Los otros seis son la llegada de Andrés a Bogotá, luego a Manizales, luego a su casa, los diálogos con su familia, visita al Teatro Fundadores, a San Carlos, a Chipre, y así hasta que se devuelve. 

Grandes trozos de la novela son diálogos: de Andrés con su esposa en España, con sus papás, con su hermana, con una ex amante, con su amigo de toda la vida... Los diálogos soportan la historia. Leí que el objetivo de Octavio Escobar con esta novela era mostrar gente común y corriente, con sus angustias normales por los procesos de paz. Si ese era el propósito, el de contar una historia "hiper-realista" por lo cotidiana, entonces creo que lo logra.

Los fragmentos:
Mucha gente prefiere mirar a Bogotá desde Chapinero Alto, cemento y más cemento; y el alumbrado público les parece divino. A mí me gusta al troncario, contemplar los cerros, aunque los urbanizadores no paren de mutilar los bosques.

Lévi-Strauss se consagra si hace una investigación sobre el incesto en Manizales.

Todo con ella es muy difícil y la vida no tiene por qué ser una dificultad.

Con una sonrisa suficiente corroboró que La Patria seguía siendo una empresa familiar; todos sus directivos tenían el apellido Restrepo en primer o segundo lugar, excepto el jefe de redacción. A Orlando Sierra Hernández lo había oído leer poemas años atrás, en la Universidad de Caldas. Se alegraba de que hubiera encontrado como ejercer su vocación literaria de una manera rentable. 

Una combinación específica de olores -frutas tropicales, panela, fríjoles, carne molida, los limpiadores preferidos de su madre, cera para pisos-, lo devolvió a un estado, una familiaridad. 

Cuando llamas a una ex, abres la caja de Pandora.

En cualquier área del conocimiento hay disparidad de criterios.

Octavio Escobar Giraldo
Cielo parcialmente nublado
2013
Editorial Intermedio
203 páginas

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