miércoles, 6 de marzo de 2024

Holly, de Stephen King

Holly Gibney es una mujer soltera, mayor de 50 que fuma todo el tiempo y trabaja como investigadora privada (odia el término "detective") en una ciudad antigua, sin nombre, a 800 kilómetros de Nueva York. El duelo por la muerte de su madre se ve interrumpido cuando una mujer Penny Dahl, la contrata para que busque a su hija Bonnie, una joven que lleva 3 semanas desaparecida.

Ahí comienza la historia, aunque realmente el libro empieza antes, con otra desaparición que le permite al lector conocer desde el principio quiénes son los asesinos. Así, "Holly" no es un libro de suspenso en el que el lector busca al culpable porque desde las primeras páginas ya los tiene ubicados. El suspenso se concentra en averiguar cómo es que Holly va a lograr atar las piezas sueltas hasta llegar a saber lo que el lector conoce desde el comienzo: que los asesinos son un par de ancianos y que la vejez es una buena coartada en una sociedad que cree que la edad avanzada es sinónimo de discapacidad.

Stephen King es un maestro de la novela de suspenso y con Holly lo vuelve a lograr: construye una atmósfera angustiosa con un trasfondo político claro, en el que hay negacionistas del covid-19 y personas que se vacunan y usan mascarilla, de la misma manera en que hay fanáticos de Donald Trump y gente que lo rechaza. Los "buenos" y los "malos" se ubican en estas dicotomías previsibles. 

Barbara, uno de los "actores de reparto" de esta película escrita por Stephen King (película porque es un libro absolutamente visual) es una poeta joven que logra la mentoría de una poeta centenaria. Los diálogos intergeneracionales entre maestra y aprendiz en torno a la escritura le permiten a Stephen King deslizar consejos y reflexiones sobre la escritura creativa, como pincelazos de un ejercicio que había hecho de manera más detallada cuando publicó Mientras escribo,  un libro a medio camino entre la autobiografía y el manual para escritores.

Holly cumple con todas las características de un best seller: narración visual, suspenso, mucha acción, lenguaje sencillo y rápido y un final predecible, aunque las más de 600 páginas del libro se conviertan en una adicción que empuja a devorarlas hasta llegar a la última línea. 


Algunos subrayados
A los veinte, el cuerpo perddona. A los cuarenta, el perdón es provisional en el mejor de los casos (p. 13).

La muerte revela secretos (p. 204)

-Dime por qué escribes poesía.
-Porque no entiendo el mundo (p. 260)

La idea de que el impulso creativo es una manera de deshacerse de un veneno..., o una especie de defecación creativa...., no. Eso no lo enseñan. No se atreven. Es demasiado ordinario. Demasiado corriente (p. 261)

No puedes escribir bien sin cierto dominio de las obscenidades y sin la capacidad de contemplar la inmundicia (p. 264)

Los dones son frágiles. Nunca confíes los tuyos a personas que pueden romperlos (p. 267)

(sobre la madre muerta) Su madre en realidad no ha muerto, ni morirá hasta que muera ella misma (p. 274)

El talento es un motor inactivo. Se alimenta de todas las experiencias no resueltas de tu vida, de los traumas no resueltos, si prefieres llamarlo así. De todos los conflictos. Todos los misterios. Todas las partes profundas de tu personalidad que te parecen no solo desagradables sino aborrecibles (p. 291)

La única persona más infeliz que un escritor cuyas expectativas no se cumplen es una cuyos sueños se hacen realidad (p. 320)

Desearía que pudiera sentirse siempre tan feliz, pero sabe que la vida no es así. Tanto mejor, quizá. Si lo fuera, la felicidad no tendría ningún valor (p. 327)

La vejez es una época de desecho, lo cual ya es bastante malo, pero además es una época de crecientes indignidades (p, 343)

 
Holly
Stephen King
Traducción de Carlos Milla Soler
Penguin Random House
Bogotá, 2023
624 páginas

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