lunes, 4 de noviembre de 2013

El Espantapájaros, de Ricardo Silva Romero

El Espantapájaros es como un fantasma que recorre Camposanto, una vereda ubicada "al nordeste del país", a "8 horas en bus desde Bogotá". Una vereda habitada por viejos, por gente que en la época de La Violencia cometió todo tipo de crímenes y luego se instaló en Camposanto a reinventarse la vida, olvidar el pasado, jugar dominó y morir en la cama, con hijos y nietos y no con un corte de franela.

Esa es la esperanza de todos hasta que aparece El Cigarra, para enderezar la Historia. El Cigarra es un paramilitar que llega acompañado por cinco camiones con más de 100 soldados de su ejército irregular, para cometer una masacre que permita limpiarle la zona al doctor y hacer justicia con las víctimas que murieron hace décadas. 

Al llegar a Camposanto El Cigarra advierte que todos los muertos del día van por cuenta del Espantapájaros, el hombre que hace años se dedicaba a espantar Pájaros chulavitas... Y empieza entonces un juicio sumario, con todos los horrores y vejámenes que pueden ocurrir en una masacre paramilitar.

Se trata de una novela muy colombiana en su paisaje, su música, su historia y personajes. Una historia que van contando los mismos protagonistas, víctimas o victimarios, aunque a veces el lenguaje no sea del todo preciso ("que mi mami no me entierre" no puede ser una frase de un bandolero... mami dicen solo los rolos...). Una ficción que tiene mucho de las historias de masacres paramilitares, con algunos detalles puntuales que ayudan a hacer más vivo el horror. 

El Espantapájaros es la contracara de una novela doble: El libro se llama Érase una vez en Colombia y tiene 2 novelas: El Espantapájaros, que es la tragedia, y Una Comedia romántica, que es la visión optimista de la vida. El Espantapájaros surge de todo el drama de la violencia en el país, pero el personaje de El Cigarra tiene un origen curioso: el paramilitar, cada vez que mata a alguien, chequea la línea de la mano del muerto para confirmar que le tocaba morir ese día y que él lo que hizo fue ayudar a que el destino ocurriera. El papá del escritor es físico pero además es experto en leer la mano. Esa experiencia fue un detonante para que el autor construyera al personaje.

Algunas frases:
El odio no es bueno porque lo alarga todo, lo fija todo. 

Lo único que no hizo por sus papás fue morir después de ellos.

Los jóvenes de hoy no saben por qué matan, eso es verdad, pero los viejos de ahora se hacen los que no cometieron los pecados.

Su vida en realizad es esperar el momento en que va a ser, por fin, su vida.

Pero pasaba con ellos lo que pasa con ciertos hermanos: que el uno era la persona que no había podido ser el otro.

El Espantapájaros
Ricardo Silva Romero
Editorial Alfaguara
2012
151 páginas