domingo, 20 de agosto de 2017

¿Sueñan los androides con alpacas eléctricas?, antología de ciencia ficción contemporánea latinoamericana

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es una novela corta que Philip K.Dick publicó en 1968 y se hizo mundialmente famosa por su adaptación al cine que hizo en 1982 Ridley Scott con el nombre de Blade Runner.

Antonio García Ángel, el editor de esta compilación, cambia ovejas por alpacas para situar los relatos en una geografía concreta: Latinoamérica. En apenas 101 páginas se reúnen 6 cuentos que permiten vislumbrar en qué está la literatura de ciencia ficción en América Latina en este comienzo de siglo.

Los autores seleccionados son Jorge Aristizábal Gáfaro, de Bogotá, con "La delación", un hilarante cuento que se debate entre los extraterrestres y la mamadera de gallo. En segundo lugar aparece el cubano Jorge Enrique Lage, con "Straigth", un cuento que trastoca lo excepcional para volverlo regla. El mexicano Bernardo Fernández presenta "Las últimas horas de los últimos días", una narración apocalíptica ubicada en el DF. El venezolano José Urriola participa con "La droga", un relato que mezcla el amor con la química, de manera literal. Pedro Mairal, de Argentina, plantea en "Recuerdo de 2030" una nueva versión del gran hermano. Por último el peruano Carlos Yushimito presenta en "Oz" a un autómata humanoide.

El prólogo de Antonio García Ángel presenta un breve resumen del estado actual de la ciencia ficción en América Latina, a manera de introducción, que bien vale la pena para los interesados en el tema.

El libro circuló gratuitamente en Bogotá, dentro de la iniciativa de "Libro al viento" que promueve la Alcaldía Mayor. La primera vez que oí de él fue por recomendación del escritor Miguel Ángel Manrique. Me costó conseguir un ejemplar: entre las muchas ediciones de Libro al Viento esta se volvió de culto por la buena calidad de la mayoría de sus relatos. Si lo ven por ahí, en una librería, biblioteca o biblioparque, no lo dejen ir. También se puede descargar gratuitamente en el siguiente enlace: http://www.idartes.gov.co/publicaciones/libro-al-viento/suenan-los-androides-con-alpacas-electricas

Algunas frases:
Straight, de Jorge Enrique Lage
"Adán y Eva están solos. Solos y desnudos. Se gustan, no lo pueden evitar. Olvídate de la manzana. En el mundo nunca habrá una fruta cuyo sabor sea capaz de competir con el sabor de las miradas que se cruzaron bajo los árboles del Paraíso".

"No voy a entrar en detalles; me los ahorro no porque me moleste la cara de asco que ustedes van a poner, sino porque los quiero conservar intactos (los detalles) y de sobra sé que la escritura puede partir en pedazos la memoria a golpes de teclado ansioso".

Las últimas horas de los últimos días, de Bernardo Fernández

"La vida no es tan cruel como dice Wok. No puede serlo. Tampoco es como lo que venden los gurús de la superación personal. No es cebolla cruda ni pastel de cerezas. Es agridulce como el amor. Dulce como el querer, agria como el dolor".

La droga, de José Urriola
Dejemos las hipocresías aparte. Para qué mierdas buscar estar bien si en el fondo somos autodestructivos y lo que nos gusta es estar mal. Somos unos saboteadores miserables que nos engañamos y nos tendemos trampas. Supuestamente buscamos estar mejor y bajo esa mentira nos lanzamos a vivir una vida que no nos gusta ni merecemos".

Oz, de Carlos Yushimito

"Hay una vaga jactancia en el ser humano que le hace imposible aceptar la derrota frente a cualquier artefacto. Perder contra un objeto es perder contra uno mismo y esa es, si se piensa, la derrota más difícil de asimilar para las personas".



¿Sueñan los androides con alpacas eléctricas?
Jorge Aristizábal Gáfaro, Jorge Enrique Lage, Bernardo Fernández, José Urriola, Pedro Mairal y Carlos Yushimito. Editor: Antonio García Ángel.
Instituto Distrital de las Artes, Idartes.
Bogotá
2012
101 páginas.

domingo, 13 de agosto de 2017

Los almuerzos, de Evelio Rosero

Los almuerzos es una novela corta publicada inicialmente por la Universidad de Antioquia en 2001 y reeditada en 2009 por Editorial Tusquets.

Es una novela corta y contenida. Corta por su brevedad (136 páginas) y contenida porque la trama se desarrolla con pocos personajes, en un único espacio y en el curso de una tarde, la noche y la mañana siguiente. Leyéndola se imagina uno su puesta en escena en una obra de teatro. 

La iglesia del Padre Juan Pablo Almida reparte almuerzos como obra de caridad: los lunes a la putas, los martes a los martes a los ciegos, los miércoles a los gamines, los jueves a los ancianos... una obra posible gracias al trabajo de las tres Lilias, que se encargan de cocinar grandes cantidades de comida, todos los días de la vida, y a Tancredo, el jorobado ayudante que sirve, limpia, recoge y reprime su miedo de convertirse en un animal.

El Padre Almida gana indulgencias con padrenuestros ajenos: el esfuerzo lo hacen sus ayudantes y gracias a ese trabajo el padre, con el apoyo del sacristán Celeste Machado recibe dinero de origen no muy claro que le da un benefactor. Un día el sacristán y el padre visitan a su benefactor y en reemplazo llega el padre Matamoros, quien con su mera presencia trastoca el orden establecido.

En la casa cural de la parroquia, contigua a la iglesia, viven el Padre Almida, el jorobado Tancredo, las tres Lilias, el sacristán Celeste y su sobrina Sabina. Entre esos pocos personajes y en el estrecho espacio de la iglesia y la casa cural transcurre la novela de Rosero, una obra en la que se cruzan odios, injusticias y tensiones, bajo el manto protector de la iglesia. 

La narrativa de Evelio Rosero tiene elementos carnavalescos, de acuerdo con la categoría utilizada por Mijail Bajtin. No se trata de la presencia manifiesta del carnaval, como ocurre en su obra La carroza de Bolívar, sino de la creación de una atmósfera bufa, ambivalente, en la que los personajes no son lo que aparentan ser y en donde se transgreden los moldes de la jerarquía social, empezando por el omnipresente poder de la Iglesia Católica, tan preocupada por los asuntos divinos y tan untada de las bajezas mundanas. 

Lolita Bosch escribió en Babelia, de El País, de España, que Los almuerzos es "un libro a puerta cerrada" que habla de "un mundo que podría no necesitar al lector. Quizás se deba al entorno religioso en el que todo sucede y a los extraños personajes que lo habitan, que convierten el entorno de la novela en un mundo voluntariosamente enrarecido. Un lugar que no podría ser el nuestro". Estoy de acuerdo: es una novela que se siente lejana, anacrónica y artificiosa. Pero quizás por eso mismo ha sido tan estudiada en los programas de literatura: porque tiene un mecanismo interno de perfecta relojería, al que no le sobra una sola línea o personaje. Es una obra construida de una manera deliberadamente racional para llegar hasta el desenlace que se empieza a plantear desde el comienzo. Una novela-artefacto en donde todas las piezas encajan.

Algunas frases:
Nada es peor que la vejez, nada más deplorable y digno de compasión.

La comida empieza por los ojos, los antojos están a los ojos, sólo hay que extender la mano y traerlos a la boca.

No hay pareja más feliz que un niño y un perro.

Toda la vida sirviendo sin otro horizonte que toda la vida sirviendo.


Los almuerzos
Evelio Rosero
Editorial Tusquets
2009 (primera edición: 2001)
México
136 páginas

lunes, 7 de agosto de 2017

Tácticas contra el tedio, de Mauricio Bernal

Santiago Buscáceres tiene 49 años, una esposa, dos hijos grandes, una hija recién nacida, un trabajo como profesor de colegio y una vida terriblemente tediosa: "la más sofisticada de sus expectativas tiene que ver con la elección de un lugar para pasar las siguientes vacaciones en familia".

Sin embargo, un golpe de suerte le da la oportunidad de cambiar esa monotonía. La forma en la que Santiago decide romper con su rutina es la nuez de esta segunda novela del periodista Mauricio Bernal Rodríguez, bogotano radicado desde hace más de una década en Barcelona.

La historia ocurre en un pequeño pueblo de más de 10.000 habitantes en un país que puede ser España o Colombia. No se precisa ni hace falta porque el tedio de la vida urbana contemporánea de una familia de clase media puede ser parecido en muchas ciudades. La maestría de Mauricio consiste, a mi modo de ver, en hacer una disección del tedio, del aburrimiento, sin aburrir al lector. Al contrario: la historia tiene giros inesperados y un humor negro, sarcástico, que hace de esta lectura una sorpresa agradable al tiempo que perturbadora. 

Levantarse, asearse, comer, trabajar, hablar, dormir. Actos repetidos día tras día durante todos los días. En eso consiste la vida de muchos. Vidas libres que parecen a una cárcel. Sobre eso reflexiona Mauricio Bernal en una novela que merecería más lectores y comentarios. 


Algunas frases:

recuerda que es domingo, el peor del día para descansar: nadie trabaja, nadie va al colegio, todos entran y salen y saludan y se despiden y consideran obligatorio entablar conversación, decirse lo que no tienen tiempo de decirse durante el resto de la semana.

una tregua que ha dado como resultado una convivencia en la que ambos hacen de morderse la lengua una práctica cotidiana. En su caso no ha supuesto un esfuerzo considerable; deja que el tiempo pase, que la rutina se agote, permite que los días se vayan acumulando y delega en el tiempo la responsabilidad de que algo venga a cambiarlo todo.

la más sofisticada de sus expectativas tiene que ver con la elección de un lugar para pasar las siguientes vacaciones en familia, y que sus pequeños destinos son un espejo en el que puede reflejarse el universo. Se da cuenta, por supuesto, de que su conciencia del mañana es ser conscientes de que el mañana no les depara nada distinto del presente. 

Un hijo, dos hijos, tres hijos: el tercero no cambia nada. Un padre de familia es un padre de familia, tenga los hijos que tenga.

por supuesto que estaba a favor del aborto, del derecho al aborto, del derecho a decidir, pero una cosa era formularlo y otra muy distinta ponerlo en práctica... con su hija. ¿Cuántos padres viven y mueren en la felicidad de la ignorancia, sin saber ni intuir que sus hijas pasaron alguna vez por una clínica de abortos?

En realidad no tuvo nunca ninguna idea, en realidad lo único que hizo fue obedecer el impulso simple de huir pensando que en la huida estaba la respuesta. Pero ahora tiene claro que se ha equivocado.

ahora no sólo sabe que escapar no es simplemente tomarse unas vacaciones sino que la más provechosa de las huidas es la transformación.

¿Anhelaba una vida distinta? La va a tener, su vida distinta, pero la va a tener aquí, en un mundo cerrado, sin posibilidades, sin ilusiones, en un mundo donde no hay que anhelar nada porque todo está escrito, pensado de antemano, donde lo único que se precisa es sumisión, incorporación a la rueda; dejarse llevar.

El ridículo sólo es posible cuando la mirada de censura del otro logra que nos sintamos incómodos.


Tácticas contra el tedio
Mauricio Bernal Rodríguez
Villegas Editores
Bogotá, 2008
287 páginas