jueves, 11 de noviembre de 2010

Delirio, de Laura Restrepo

En estos días y noches de larga espera en el hospital, esperando que naciera Violeta, mi primera sobrina, estuve leyendo Delirio, de Laura Restrepo. Lo terminé anoche, minutos antes de que naciera la bebé.

El éxito de la novela, a mi modo de ver, son las muchas voces narradoras, el manejo del narrador, que cambia cada 3 ó 4 líneas, de manera sutil, sin que uno como lector se pierda. El otro éxito son los personajes "secundarios", como dirían en el colegio, con sus pequeños dramas e historias, bien construidas.

La novela transcurre en Bogotá en los años 80s, al comienzo del apogeo de Pablo Escobar. Narra la historia de Agustina Londoño y su marido Aguilar. Él sale 4 días para Ibagué y al regresar encuentra a su esposa loca. La novela es la pesquisa para saber qué pasó en ese tiempo.

Las frases:

"La mujer que amo se ha perdido dentro de su propia cabeza"

"toda historia es como un gran pastel, cada quien da cuenta de la tajada que se come y el único que da cuenta de todo es el pastelero".

"el cerebro le estalló en pedazos y para ayudarla a recomponerlo sólo puedo guiarme por la brújula de mi ampor por ella, mi inmenso amor por ella, pero esa brújula hoy por hoy es incierta porque me cuesta quererla".

"Porque en este remedo de país a todos los platudos que se enferman se les da por peregrinar a Houston Texas convencidos de que en inglés sí los van a resucitar, de que el milagrito funciona si se paga en dólares, como si aquello fuera Fátima o Lourdes o Tierra Santa".

"Que ya saben que cuando invito yo, les hago servir caviar pero en plato hondo, con cuchara sopera y al por mayor".

"Me amas, dulce Blanca mía?, le pregunta Portulinus y ella le asegura que sí, Ya te dije que sí, que te amo hasta el sufrimiento, se lo asegura muchas veces sin entender que lo que a él le inquieta es otra duda. Él quisiera, él necesita, pedirle que se aleje un poco: apártate, mujer, déjame que sueñe solo".

"es que en ciertos momentos excepcionales, a veces en medio de las peores crisis, la normalidad parece apiadarse de nosotros y no hace breves visitas".

"Ahora tiene un gesto permanente como de pelo en el plato, un rictus que es al mismo tiempo de sorporesa y de asco; el reverso de una sonrisa, el aleteo de un desengaño".

"tú sabes que del norte al sur de Bogotá hay más distancia que de aquí a Miami".

"cierto, papá, que uno es loco por dentro?"

"yo mientras tanto pensaba en tí, que es lo que hago cuando no quiero pensar en nada"

"a la precocidad de mi inteligencia le debo el haber comprendido desde temprana edad que con los dientes amarillos, torcidos o picados no se llega a ninguna parte, y que en cambio una sonrisa perfecta como la de los niños Londoño y como la que yo mismo conseguí más tarde, era tan útil o más que una carrera universitaria".

"Se hace la pregunta en términos más amplios, cuando especula si los momentos decisivos lo son desde el instante en que acontecen, o si por el contrario sólo se vuelven decisivos a la luz de lo que ocurre después de ellos y a raíz de ellos".

"el silencio está plagado de ruidos que se esconden en él, como el gorgojo en la viga, y lo van carcomiendo por dentro, basta con no ser sordo para percatarse de los runrunes y los zumbidos".

"bien raro que alguien de este lado de la ciudad repare en ese pasquín escandaloso y popularachero, simplemente porque no es el perfil; por lo general mi clientela cree que no hay que perder el tiempo con malas noticias y menos si son sobre gente que uno no conoce, y si acaso se animan a leer, pues leen El Tiempo, que les cuenta el paseo como a ellos les gusta oírlo".

"Detente, bonita, caos en mi paraíso particular es más de lo que puedo tolerar".

Delirio
Laura Restrepo
Editorial Santillana, 2004
303 páginas