viernes, 18 de mayo de 2018

Las formas del odio, de Alonso Sánchez Baute

Nueve columnas escritas por Alonso Sánchez Baute entre octubre de 2017 y enero de 2018, y publicadas en la Revista Semana y el diario El Heraldo conforman este pequeño libro-folleto, que se complementa con una introducción del autor y una presentación de Anotnio Celia Martínez-Aparicio, presidente de Promigás y financiador del proyecto.

Las columnas, como bien lo señala el título de este volumen, se refieren a distintas formas del odio: la misoginia, la homofobia, la aporofobia (término acuñado por Adela Cortina para referirse al odio hacia los pobres), el racismo, el narcisismo, y en general esas formas que van más allá de la incomodidad o incomprensión por el otro y que hacen que los seres humanos se sientan con el derecho de agredir a los demás, con el lenguaje o los actos, reclamando para sí mismos un supuesto derecho a la libre expresión.

Se trata de columnas de opinión escritas en medio de la coyuntura de la elección del presidente de Colombia para el período 2018-2022, y algunas tienen referencias concretas a hechos noticiosos o personajes que en unos meses o años estarán en el olvido. Pero más allá de esos detalles puntuales, las reflexiones que ofrece Baute resultan pertinentes y oportunas en una sociedad dividida en bandos políticos, religiosos, sociales, económicos, que se ha acostumbrado a tratar a los otros, desde el lenguaje, como enemigos.

Algunas frases
(Según el DRAE) El odio es el deseo de hacer el mal a una persona, a una colectividad o a una cosa.

Esto es lo que hace el odio: explota las emociones del ciudadano de a pie.

El antónimo de odio no es amor, como comúnmente se piensa, sino empatía.

Si bien no todas las personas intolerantes odian, todos los que odian son intolerantes.

Se odia con descaro, lo que ha llevado a la idea de que "odiar está bien": está de moda, es como un "derecho a la libre expresión".

Hay la idea de que quien escupe con furia, y solo con furia, "tiene carácter".

"Entiendo y comparto tu dolor. Soy solidario con tu dolor, pero no con tu odio". Sé que no tengo que odiar lo que él odia.

Definió a los extremistas como aquellos que pretenden que el mundo se parezca a ellos, lo cual habla de la intolerancia que nace en el narcisismo. 

Como dijo Antonio Machado "de diez cabezas, nueve embisten y una piensa".

Lo que polariza al país no es el interés nacional, sino el narcisismo de esos pocos.

Colombia no ha enfrentado el mayor de sus demonios: la misoginia, de la cual el machismo es tan solo su principal síntoma.

Hay un odio, así sea oculto (...) miedo ancestral, profundo y denso hacia lo femenino.

En nuestro país lo que más indigna no es la corrupción, como podría esperarse, sino los temas asociados con la familia vistos con la lente deformada del fanatismo religioso.

La desconfianza es el primero síntoma de esa enfermedad que envenena el alma llamada odio.

"Tener carácter" es, aquí, sinónimo de gritos y amenazas, como aquella frase: "Le voy a dar en la jeta, marica".


Las formas del odio
Alonso Sánchez Baute
Rey Naranjo Editores
Bogotá 
2018
64 páginas

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