domingo, 11 de agosto de 2024

Pulmón de mar, de Andrea Domínguez

Maruja Vieira, quien además de poeta fue toda la vida periodista, me contó en una ocasión sobre un estudio que sobre su obra hizo la también periodista y escritora Edda Cavarico. El análisis consistió en desentrañar la estructura de varios poemas escritos por Maruja, y la conclusión fue que se trataba de poemas periodísticos. No por su contenido, que versa mucho más sobre lo íntimo que sobre la actualidad noticiosa, sino por su estructura, por la forma en la que están escritos. Según Cavarico, los poemas de Maruja Vieira tienen lead: hay un primer párrafo (para el caso unos primeros versos) que condensan la "historia" o la imagen poética y sintetizan el texto. Hay también una intención narrativa en la poesía de Vieira de la que, según ella me contó, no siempre era consciente pero era, sin duda, herencia de la escritura periodística, a la que le dedicó varias décadas.

Recordé ese antecedente de las huellas periodísticas sobre la poesía al leer a la periodista Andrea Domínguez en "Pulmón de mar", su primer poemario, porque encontré también unos poemas narrativos, como pequeñas crónicas que dejan registro de una emoción, de un instante, de una imagen, o porque tienen la intención de ser memoria del pasado para legarle al futuro. Así como se dice que el periodista escribe el primer borrador de la historia, en algunos poemas Andrea parece estar escribiendo un borrador de su historia familiar e íntima: del parto y la maternidad, del lugar de la abuela en la familia, del ritual de sentarse a la mesa y del olor del pelo de su hija. 

Los poemas de Andrea Domínguez Duque (Bogotá, 1974) dan cuenta de este tiempo: hay autopistas, botellas de plástico, una torta de red velvet y mensajes en twitter. Hay preocupación por el cuidado ambiental, sorpresa ante la naturaleza y soledad en medio de las multitudes. La cotidianidad citadina entra en sus versos libres para descubrir belleza, asombro o desazón en medio de los días que uno a uno son la vida. No hay en la autora una intención de exotizar el ambiente o de recurrir a tópicos manidos, sino de aprovechar lo que ofrece la vida corriente de una mujer que es profesional, esposa, mamá, hija y hermana para descubrir y construir poesía a partir de lo que aparece como más mundano. 

El volumen trae 60 poemas distribuidos en cinco secciones. Hay suficiente diversidad, pero también elementos recurrentes, y entre ellos se destaca la familia como ese núcleo amoroso que ofrece "una ración de compañía". El libro, como objeto, da cuenta de ese protagonismo familiar: lo firma Andrea Domínguez, la foto que aparece de ella fue tomada por su esposo,  la contraportada trae un dibujo de una de sus hijas y un relato de la otra, el prólogo lo firma su papá, el reconocido periodista Oscar Domínguez, y éste, desde el segundo párrafo, menciona a Gloria, la mamá de la autora, así como a su hermano, su cuñada y sus sobrinos. 

El libro abre con Red velvet, un poema juguetón que es una invitación sensual, y cierra con un conjunto de poemas amorosos. Aunque en todo el libro hay amor, los poemas finales giran en torno a la pareja y el deseo. Allí, en la más honda intimidad, se adivina también la poeta más medida, más destilada y sugerente. La del pulmón creador que le permite navegar en las aguas más profundas. 


Pulmón de mar
Andrea Domínguez
Editorial Java
Medellín
julio de 2024
96 páginas

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