Esta antología elaborada como trabajo de maestría explica desde el comienzo que se entiende Antioquia en el sentido que le da Virginia Gutiérrez de Pineda, cuando habla del "complejo cultural antioqueño", que comprende al viejo Caldas, y por ello analiza y reune obras de autoras caldenses como Uva Jaramillo Giatán, Rosario Grillo de Salgado y Blanca Isaza de Jaramillo Meza, además de otras como Fita Uribe, María Cano, Sofía Ospina de Navarro, Enriqueta Angulo e Isabel Carrasquilla, entre otras.
El trabajo comienza con un análisis sobre la escritura de mujeres en los años 20 del siglo XX. Se trata de "las muchachas escritoras", como las denominó Luis Carlos López. La profesora Paola Pérez explica que se trata de mujeres que tienen una de dos características: o son hijas, esposas, hermanas o parientes de escritores o personas de la intelectualidad, o se dedican a la docencia.
La investigadora analiza tres concursos literarios convocados en la época, dos de ellos exclusivos para mujeres y otro mixto, que logran una abultada participación. A continuación presenta algunas características comunes a la narrativa de estas mujeres escritoras y, desde la página 80, el libro trae una selección antológica de cuentos, crónicas, memorias y teatro, escritas por las distintas autoras. Al final incluye las biografías de algunas de ellas.
Se trata de un libro útil para lograr una visión panorámica de la escritura de mujeres en el "país paisa", en la década de los 20, escrito de una manera clara y detallada.
El libro incluye piezas literarias de:
Enriqueta Angulo
Tila Botero de Molina
María Cano
María Eastman
Graciela Gómez Henao
Rosario Grillo de Salgado
Blanca Isaza de Jaramillo Meza
Uva Jaramillo Gaitán
Rosa Elena López Gómez
Marta
Cecilia Mejía V.
Dolly Mejía
Ofelia Montoya Toro
Magda Moreno
Sofía Ospina de Navarro
Lía Restrepo de Peláez
Marta S. Vda. de Restrepo
Fita Uribe
Rosario Yepes R.
Adelfa Arango Jaramillo
Susanne Ibero
La Dama Negra
Helena Ospina de Ospina
Isabel Carrasquilla de Arango
Algunos apartes
así como la ruptura que significó la aparición de "las muchachas escritoras" en los años veinte; período al que se concede especial importancia por ser el momento más significativo de la producción literaria de las mujeres en Antioquia y germen de lo que se haría en los años treinta y cuarenta (p. 14).
así como la ruptura que significó la aparición de "las muchachas escritoras" en los años veinte; período al que se concede especial importancia por ser el momento más significativo de la producción literaria de las mujeres en Antioquia y germen de lo que se haría en los años treinta y cuarenta (p. 14).
(Citando a Luis Carlos López): "Dígales usted que se cultiven, que sigan adelante, lo mismo que a las muchachas escritoras. ¡Ah, esas muchachas son muy interesantes...! La más audaz y fogosa es Fita Uribe; la más sentida es María Cano; la más personal es Enriqueta Angulo, y la que mejor escribe es María Eastman" (p. 19).
Gran parte de ellas creó una estética teñida, transpasada, impregnada y sazonada con pisos brillantes, patios, geranios, azaleas, anturios, animales, niños, cunas, trabajo, llantos,desengaños, deseos y alegrías, pero no por eso elemental ni estática (p. 20).
eran mujeres excepcionales tanto por sus medios familiares como por su actitud vital. Es una constante la pertenencia a una clase social acomodada e ilustrada y la cercanía familiar con algún hombre de letras (...) Así, por ejemplo, Sofía Ospina de Navarro era nieta, sobrina y hermana de tres presidentes de la República; Blanca Isaza de Jaramillo estaba casada con Juan Bautista Jaramillo y por su casa pasaron los más importantes escritores de la época; Isabel Carrasquilla de Arango era hermana del maestro, leía casi todo lo que él y participaba en las tertulias diarias; Rosario Grillo de Salgado era hermana de Maximiliano Grillo, y María Eastman era hija de Tomás O. Eastman. Quienes no cumplen con estas características eran maestras y, por lo tanto, tenían acceso a los libros y a la cultura, como es el caso de Uva Jaramillo Gaitán, quien pertenecía a una clase aristocrática caída en desgracia, ejerció el magisterio y terminó siendo monja en una comunidad belga (p. 23).
El gran ausente es el cuerpo erótico, que aparece borrado por el principio del decoro (p. 46).
La dramática obra de Uva Jaramillo Gaitán, teñida de amargo pesimismo, de un sentimiento auténtico y hondo, de un sufrimiento vivido desde adentro, puede considerarse la mejor representante de esta tendencia que ella bautizó "tragico sentimental"y que era su género preferido. Sus cuentos "En la fragua", "Incógnita" y "Memo", así como la novela corta "infierno en el alma" son buenos ejemplos (p. 50).
Con María Cano aparece el cuerpo erótico por primera vez en la literatura escrita por mujeres en Antioquia (p. 54).
(Sobre María Eastman) La originalidad de la autora reside en que escribió en prosa y es, tal vez, quien inaugura, con Rafael Jaramillo Arango, uno de los panidas, el género de la narrativa infantil, ya que hasta entonces la literatura para niños se escribía en verso siguiendo la tradición popular de las retahílas populares (p. 65).
La crónica tuvo su mejor época en Colombia en la primera mitad del siglo XX, y con ella entró la modernidad literaria a la prensa colombiana (p. 65).
Los investigadores Patricia Londoño y Mario Jursich llegaron a la conclusión de que tres factores explican "que los antioqueños sean no sólo quienes más han leído en Colombia sino también quienes más interés han demostrado en contar la historia de sus propias vidas".
-Un pasado heróico: colonizar baldíos, fundar ciudades en montañas abruptas, organizar vastos emporios de comercio.
-Un notable circuito de bibliotecas: entre 1870 y 1940 se fundó un centenar de bibliotecas públicas.
-Una vasta afición por la lectura y la escritura: entre 1875 y 1885, la educación en Antioquia alcanzó el mayor desarrollo en la historia del país (p. 70).
Cita de Isabel de Carrasquilla, hermana de Tomás: "Se me había prohibido terminantemente, por algunos que yo me sé, que viniera a hablar de viajes y a contar cosas por ser esto muy anticuado y de mal gusto. Yo, muy obediente, sólo lo he contado a todo aquel que ha tenido la paciencia de oírme. Y para seguir contando después de muerta, lo escribo" (p. 72).
Antología de escritoras antioqueñas 1919-1950
Paloma Pérez Sastre
Colección autores antioqueños-Imprenta Departamental de Antioquia
Medellín
Septiembre de 2000
382 páginas
Paloma Pérez Sastre
Colección autores antioqueños-Imprenta Departamental de Antioquia
Medellín
Septiembre de 2000
382 páginas
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