Quiero decir, en primer lugar, que me arrogo el derecho de reseñar un libro sobre política colombiana teniendo en cuenta que la diversidad de los textos que abordamos puede ser la misma que la de los miembros que integramos este club, que como bien afirma Ángel ya no es secreto y, al parecer para bien, se ha ampliado bastante.
El autor es el catedrático y columnista de El Tiempo Eduardo Posada Carbó. Dado que a él lo identifican como intelectual de derecha (valga decir que no tiende a la mano negra), quiero aclarar que yo me considero de izquierda, con todas las complejidades que hoy traen estas clasificaciones. Voto por Robledo, no me cae bien Uribe, no le creo mucho a Santos y no me parece que Mockus plantee una salida sensata a nuestros problemas. Para mí, el país está mal.
Pero bueno, esta introducción la hago para comentarles que la experiencia me gustó. Fue una confrontación constante en la que traté de dejar a un lado las aprensiones y permitirle al autor me argumentara detenidamente su tesis, que parte de que "en las últimas décadas, la democracia colombiana, en abstracto y en concreto, se fue quedando sin defensores intelectuales".
Así que él hace una apología de nuestra democracia, aceptando algunas imperfecciones. Terminé, cerré el libro y pensé inmediatamente que interpretar nuestra historia política a partir de lo que han dicho los políticos que la han escrito, precisamente para tratar de defenderla, es tratar de defender lo indefendible. El pecado de Posada Carbó es que cree en nuestros dirigentes, y hombre, yo, que suelo cubrir política y políticos, confío más bien poco en ellos.
Sutilmente minimiza los efectos excluyentes del Frente Nacional, por ejemplo, y al compararnos con otros países intenta desvirtuar aquello de que nuestra historia ha estado signada por la guerra.
Les dejo dos fragmentos que me gustaron, quizá un punto de partida para estar de acuerdo con el autor:
"El consenso básico para la estabilidad de las sociedades pluralistas modernas se da (...) no alrededor de creencias sustantivas sino de los procedimientos para resolver disputas".
"...tampoco es cierto que sea toda la sociedad la que esté masacrando a sus miembros. Ni que a todos los miembros de la sociedad les corresponda el mismo grado de responsabilidad por la violencia. Al borrarse la distinción entre los criminales y sus víctimas, y culpabilizar a todos por igual de todos los horrores, se está negando la posibilidad misma de la justicia".
Esta es una cita de Susan Sontag en su libro Ante el dolor de los demás: "Sontag cree en el poder ético de esas imágenes atroces, que deben seguir en libertad para perseguirnos por el papel vital que representan: esas imágenes nos muestran 'lo que los seres humanos son capaces de hacer -pueden estar en disposición de hacer-, con entusiasmo y convicción'. Esas imágenes dicen: 'No olvidemos'".
Hola Carlos Julián.
ResponderEliminarChévere un libro de política en nuestro Club. A mí sinceramente me parece que el rótulo de "derecha" para Eduardo Posada Carbó es eso, un rótulo, una etiqueta que alguien le colgó y ya se quedó ahí sin cuestionarse. Pero a mi no me parece de derecha y como columnista me gusta mucho.
PD: Cómo hacemos para que se vea que quien colgó esta entrada eres tú?
La verdad, no tengo ni idea cómo dejar mi nombre ahí. Gracias por el comentario del libro. Leyendo lo que escribes, recuerdo que Posada Carbó se autodenomina demócrata liberal.
ResponderEliminar