lunes, 10 de junio de 2024

Rosas de Francia, de Alfonso Mejía Robledo. Edición crítica de Rigoberto Gil Montoya y César Valencia Solanilla

"Rosas de Francia" fue la primera novela escrita por un escritor de Risaralda, aunque su autor, 
Alfonso Mejía Robledo, realmente nació en Villamaría, Caldas, el 10 de enero de 1897.

Mejía Robledo se radicó en Pereira desde muy joven, en donde alternó labores periodísticas y literarias con trabajos cívicos y comerciales. Se casó con la panameña Rita Andrión Jaén, autora de "Mis recuerdos de colegio" (1938), conformando una pareja intelectual que en algo recuerda a la que constituyeron en Manizales Blanca Isaza y Juan Bautista Jaramillo Meza. 

La novela "Rosas de Francia" fue editada inicialmente en París en 1926, poco después de que su autor dirigiera "Nido de cóndores" la primera película rodada en Pereira. La novela fue reeditada por el autor en 1937, en su imprenta "Panoramas", y en esta segunda versión el autor hizo significativos cambios a la obra, e incluso le cambió el final.

El volumen pubicado por Alma Mater consiste en un libro de 500 páginas: las primeras 300 corresponden al estudio crítico de la obra, realizado por los profesores Rigoberto Gil Montoya y César Valencia Solanilla, y las 200 páginas restantes presentan la última edición de la novela.

El estudio crítico de los profesores Gil y Montoya sirve como referente para este tipo de trabajos. Los autores explican quién fue Alfonso Mejía Robledo, cuál fue el contexto en el que se produjo la obra, los cambios que vivió Pereira a comienzos de siglo (en 1914 se instaló la primera planta eléctrica en Pereira, por ejemplo) y cómo estos "adelantos" de la energía, el teléfono y los automóviles llegan hasta la obra de Alfonso Mejía. Así mismo el estudio crítico se refiere a otras figuras intelectuales, contemporáneas al autor, como Euclides Jaramillo Arango, Emilio Correa Uribe y María Rojas Tejada, entre otros.

La novela cuenta la historia de Ricardo, un joven que llega a Manzanares un pueblo que parece ubicado en Panamá. Allí conoce a Lucila Pinar y queda perdidamente enamorado de ella. La pareja inicia una relación epistolar, de poco contacto, y finalmente viajan a la capital porque deciden contraer matrimonio. En la segunda parte los padres de Ricardo le dicen que no lo autorizan a casarse antes de que cumpla la mayoría de edad y así él decide irse a pasar esos meses en La Habana, Cuba, en donde tiene un trabajo. El desenlace de la historia guarda mucha similitud con María, de Jorge Isaacs: Lucila no soporta la ausencia de su amado y cae enferma.

Se trata de una novela "decimonónica" aunque haya sido escrita en 1926. La visión de la mujer es la que corresponde al cuerpo mariano y el protagonista es un dandy dedicado a la escritura y las artes. El amor es cándido y puro y las acciones previsibles. No obstante, se trata de una novela interesante en la medida en que revela aspectos de la cultura de hace un siglo en la región: la visión que el autor presenta sobre el país, sobre su clase social y los posibles conflictos entre los distintos personajes permiten comprender las preocupaciones de estas provincias de montaña hace un siglo.

Algunos subrayados
Del estudio crítico, a cargo de Rigoberto Gil Montoya y César Valencia Solanilla

(Luis Carlos González sobre los periodistas de Pereira) "Los comunes y corrientes fueron para él Benjamín Tejada Córdoba, Carlos Echeverri Uribe, Arcesio Mejía Arango, Jesús Antonio Cardona, Obdulio Gómez, Sixto Mejía, Eduardo y Emilio Correa Uribe" (p. 32)

"1905 marcó un momento especial para Pereira, porque es el momento en que un comerciante, Don Emiliano Botero, publicó en su imprenta el periódico El Esfuerzo de Pereira" (p. 63).

"La instalación del taller de la Imprenta Nariño, el primer centro de publicaciones con que contó la ciudad (Pereir), a partir de febrero de 1909" (p. 68).

"Estos primeros escritores, poetas y educadores asumían responsabilidades de liderazgo frente a la ciudad que deseaban transformar con fines políticos, económicos y sociales" (p. 83). 

"las lecturas eran orientadas por sus madres: "Nos tocaba remendar medias y calcetines cen bombillos, mientras mamá nos leía novelitas románticas saltando hábilmente sobre párrafos y frases que ella apreciaba "inconvenientes" para nuestra edad" (p. 117). 

"Emilio Correa Uribe estaba más cerca del humor irónico y festivo de Carrasquilla y de la economía en el uso de adjetivos que fue la impronta en las breves crónicas de Luis Tejada" (p. 159)

(dice Euclides Jaramillo Arango) "el autor era considerado tanto más bueno cuanto más hiciera llorar al lector" (p. 172).

"En Rosas de Francia nada hay de misterioso: Lucila siente un amor profundo por el poeta y ahora que se ha ido de su lado le parece difícil sobrevivir a su ausencia" (p. 176).

"describe a su amada como los poetas de su tiempo, los que, de acuerdo con María Mercedes Carranza en sus observaciones sobre el tipo de mujer que a los poetas colombianos les interesaban con un fin estético, insistían en construir la imagen de una musa esclerótica, pálida y casi enferma, es decir, "el tipo de mujer del romanticismo", realzada en su decorado de "alabastros", "mármoles" y "el rojo carmín y los nácares" (p. 180).

"En agosto de 1916 su directora, María Rojas Tejada, empezó a publicar "Femeninas", el órgano oficial de la institución, que ofrecía educación desde el kindergarten hasta quinto de primaria" (p. 195). "Es claro para la directora del "Centro" el propósito sustancial de la educación femenina: la mujer era educada para la vida real" (p. 199).

(dice Euclides Jaramillo Arango) "las gentes adquirían toda clase de libros, malos y buenos, menos libros pereiranos" (p. 233).

"Ya entrada la década del treinta, Mejía Robledo opta por fundar su propia editorial, una empresa nada fácil de sostener" (p. 234). 


De "Rosas de Francia", de Alfonso Mejía Robledo
"En estos tiempos del positivismo y de los rieles, de los rascacielos y de los automóviles, revela un grado cultural, un sentimiento tan elevado en nuestras mujeres que no habíamos llegado a soñar y que hace contrapeso al egoísmo y al cálculo burgués de nuestra época" (p. 334).

"este defecto es muy común el Colombia. Por lo que sé de su geografía, puedo asegurar que es uno de los países en los cuales se ha tratado de extirpar hasta el último resto de grandeza indiana, en lo que se refiere a la designación sustantiva de los lugares" (p. 338).

"Soy católico por dogma y por estética, y no oculto mis ideas; al contrario: las pregono" (p. 343).

"-Yo quisiera saber lo que pasa en su corazón. Es tan adorable y... tan esquiva....
-Y, por lo esquiva, tan adorable. Esto lo comprendemos las mujeres. Es la táctica del amor elevado (p. 359).

"El destino es así: imprevisto y misterioso. Trae a las almas la ventura o la desolación en un momento cualquiera, y un detalle pequeño, una interrupción inesperada, pueden variar el rumbo de una vida, cambiar la felicidad en desdicha perenne o trocar la desgracia en suprema ventura (p. 372).

"Lucila Pinar era una mujer superior, de talento excepcional y de un espíritu creado para las grandes concepciones de arte y de nobleza, que no tenía un átomo de la común vulgaridad femenina (p. 387).

"Las calles de  la ciudad, zigzagueantes y estrechas estaban profusamente iluminadas con grandes farolas eléctricas. Millares de automóviles y de livianas victorias se cruzaban por las principales arterias de la capital, donde la vida nocturna tenía más agitación y movimiento, más ajetreo que en las doce horas del día. Las bocas de los teatros, cubiertas con pinturas de mal gusto, eran un hervidero de muchedumbres" (p. 414). 

"Tú sabes, madrecita mía, que no es la cuantía de los años lo que forma el estado de vejez o de juventud de los hombres. Es el alcance de reflexión, de juicio y de talento que posea el individuo" (p. 417).

"Quiero estar solo con mi tristeza y hablar con mi desgracia frente a frente, para irme acostumbrando a su fatal compañía" (p. 436). 



Rosas de Francia, edición crítica
Alfonso Mejía Robledo. Edición crítica de Rigoberto Gil Montoya y César Valencia Solanilla
Sello editorial Red Alma Mater en coedición con la Universidad Tecnológica de Pereira
Junio de 2013 (primera edición de Rosas de Francia: 1926)
Pereira
504 páginas

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