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martes, 29 de mayo de 2018

Mar de leva, de Octavio Escobar Giraldo

Hasta ahora la novela más leída de Octavio Escobar Giraldo es Después y antes de dios, que ganó en España el Premio Internacional de Novela Corta Ciudad de Barbastro en el 2014 y el Premio Nacional de Novela del Ministerio de Cultura en 2016. 

Quienes se acerquen a Mar de leva buscando el universo narrativo de suspenso y crimen de Después y antes de dios están ante el libro equivocado. Como el autor ha dicho en distintos escenarios, para él la literatura es juego, la oportunidad de inventar nuevas cosas, y repetir el mismo juego resulta aburrido. A él lo que le gusta es explorar, reinventarse, y por eso ha logrado construir una obra que incluye novela, cuento y poesía, con historias de los siglos XIX, XX y XXI, con personajes que son niños, jóvenes, adultos y ancianos y con tramas que bien pueden ocurrir en el campo o en la ciudad. Lo suyo es la variedad, que para el lector se traduce en una permanente sorpresa.

Y sin embargo, Mar de leva es también un libro que tiene lazos que lo conectan con otras obras del autor. Es un homenaje literario a Nostromo, de Joseph Conrad, así como hace algunos años La posada del almirante Benbow fue un homenaje de Octavio Escobar a La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson. Mariana, una de las protagonistas es cirujana como el autor, como algunos de los personajes que aparecen en su libro de poemas Historias clínicas y como el médico de Destinos intermedios. Elena, antigua compañera de estudios de Mariana, es lesbiana como la doctorcita de Después y antes de dios, y Javier, el hijo de Mariana y tercer protagonista de la historia es un adolescente de 15 años, un personaje un poco mayor que el entrañable Alfredo de El mapa de Sara.


Aunque si esta novela guarda relación con alguna obra anterior de Octavio Escobar es con Cielo parcialmente nublado: ambas usan la narración lineal y la inclusión de largos diálogos hiperrealistas entre los personajes para contar una historia en la que aparentemente "no pasa nada" en la medida en que no hay grandes sobresaltos. Sin embargo, el eco lejano del conflicto armado (los diálogos del Caguán en Cielo parcialmente nublado y el secuestro en Mar de leva) terminan por afectar la cotidianidad de los personajes. Además, ambas novelas usan el viaje como punto de partida para el relato.

Mientras Cielo parcialmente nublado ocurre en Manizales, Mar de leva transcurre en Sulaco, cuyo nombre no se incluye en el libro, aunque sí se habla de las minas de Santo Tomé. Sulaco es el puerto que construyó Joseph Conrad en Nostromo (1904): una ciudad que se independizó de Costaguana. Sulaco es una ciudad literaria ubicada en el Caribe, que Octavio Escobar reconstruye para actualizarla al Siglo XXI. El ejercicio cartográfico evidencia una lectura minuciosa de Conrad y así mismo la adición de detalles para hacer de la ciudad un espacio contemporáneo: centros comerciales, autopistas y otros elementos, que para el lector significan un viaje imaginario en el que a veces se siente en Cartagena, en Santa Marta, en Panamá, en Río de Janeiro, en Lima o en Barranquilla. De la suma de todas está hecha Sulaco.

La historia de Mar de leva es muy simple, y en lo superficial se lee hasta frívola: la médica Mariana viaja con su hijo Javier a pasar el fin de semana con Elena, su excompañera de universidad, para celebrar los 15 años del chico. Beben cerveza, comen, pasean, Elena propone contratar un show erótico para el quinceañero y al otro día sufren la resaca. Aparentemente eso es todo, pero en las aguas profundas del mar de leva están los conflictos: Alejandro, el esposo de Mariana y papá de Javier, lleva 4 años secuestrado y no hay noticias de él; la relación de Mariana con la familia de su esposo es tensa; la insinuación del incesto pasea por algunas páginas, al igual que una posible relación antigua entre Elena y Mariana. Y todo esto ocurre en el entorno de un adolescente que se masturba cada vez que puede y el tiempo que no piensa en sexo lo dedica a jugar zombies vs plantas en su teléfono. 

Migas de pan, de Azriel Biblowicz; Abraham entre bandidos, de Tomás González; El mundo de afuera, de Jorge Franco; Pensamientos de Guerra, de Orlando Mejía Rivera, y El héroe discreto, de Mario Vargas Llosa son algunas obras que desde la ficción han abordado el tema del secuestro. Mar de leva lo hace desde un ángulo distinto: el secuestrado es una sombra, un espectro cada vez más lejano y difuso, cuya ausencia, sin embargo, es el lastre que define la vida de sus familiares. Hay una tragedia en la tras escena, pero en el primer plano aparecen gafas oscuras, música, sexo, licor, risas y complicidad. La vida contemporánea de las redes sociales, en las que las personas crean relatos positivos de sí mismas, se siente en estas páginas con vigorosa fuerza. 


Algunas frases:
La devoción de los narcos es comparable a la de las beatas.

Ya me acostumbré a tener gato. Se llama Valentino y es un angora blanquísimo, ojiazul, puro pedigrí, la reina de Inglaterra no es de tan buena familia.

La historia de este país es como la de cualquier otra banana republic: tragedia y folclor, ricos muy ricos y pobres muy pobres.

Eres médica. Sabes que el sexo es una actividad natural desde que el feto está en el vientre materno. Es la moral de los curas la que complica las cosas.


Mar de leva
Octavio Escobar Giraldo
Literatura Random House
Bogotá
2018
184 páginas


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