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miércoles, 19 de mayo de 2021

Tefra, de Viviana Troya

Al final de tefra su autora Viviana Troya explica en qué consiste este término: "Tefra, como se le llama a las cosas fragmentadas que salen de un volcán" (p. 110), escribe en el relato "Los volcanes", y con esa definición queda aún más claro no solo el título del libro sino también su estructura: fragmentos íntimos que salen de un volcán que es la autora misma.

Viviana Troya nació en Pasto en 1992 y es artista plástica. Su tefra, los piroclastos que expone en este libro, son relatos cortos a manera de jirones de vida: el Carnaval de Blancos y Negros, la historia de Bolívar contada desde Pasto, las leyendas sobre el origen de la laguna de Cocha, el volcán Galeras, la familia, el río Guáitara, las relaciones de pareja (fragmentarias, temblorosas, con grietas, en zona de riesgo) y en general las fisuras de la vida cotidiana, los cráteres y las cenizas.

El libro incluye 60 relatos cortos, algunos de apenas un párrafo y otros de una o máximo dos páginas. No son cuentos, no son poemas, son relatos personales, a manera de postales en donde la autora describe una situación, un paisaje, hace una pequeña reflexión o cuenta una anécdota. Todo parece muy mínimo: el ejercicio consiste en ver la vida ordinaria a través de un microscopio que permite captar con sensibilidad los detalles que usualmente pasan inadvertidos. 

Con Tefra su autora ganó la "Beca para la publicación de obra inédita 2020" en la convocatoria del Ministerio de Cultura. 

Algunas frases
que desaparezcan siempre ha sido más doloroso que verlos muertos (p. 47).

lo contrario a ese temblor es tu valentía, tu valor, tu estabilidad, tu tranquilidad; si no tiembla hay calma, tu calma, y las cosas se quedan quietas (p. 56). 

el tiempo que no es más que un celular descargándose en tu bolsillo (p. 59).

eso sí lo hacían, darle bebés al volcán, y que era para calmarlo, cuando temblaba o había fumarola, y que con eso el volcán ya seguía durmiendo... (p. 68).

Las lámparas colgantes del comedor fueron las únicas que vi cuando salí corriendo de la casa. Pero todas las demás cosas estaban haciendo lo mismo: las cortinas, la ropa colgada, los cajones, las toallas, el agua del inodoro. Toda la casa temblando como yo mientras bajaba corriendo por las escaleras, rogando que pasara rápido, que las paredes no cedieran (p. 71).

Y una casa puede ser una mamá, tus abuelitos o una ciudad (p. 78).


Ella sabía que intentar podía ayudar a su relación, porque cuando alimentas un río, el río crece, pero no podía dejar de pensar que ese era el río equivocado. ¿Ya era tiempo? Volvió a pensar en el río, pero ese río era imaginario (p. 106).

Todos los volcanes son una ruptura, en donde el magma desde el centro de la tierra ha sido capaz de abrirse paso a través de grietas y fisuras hasta erupcionar en la superficie, con más o menos violencia (p. 110). 

No hay nada que temer, los volcanes son rupturas que necesitamos, sus erupciones nos recuerdan las cosas que están adentro (p. 113). 

Tefra
Viviana Troya
Laguna Libros
Febrero de 2021
Bogotá
120 páginas

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