El protagonista de esta novela tiene el improbable nombre de Justo Pastor Proceso López, está casado con Primavera Pinzón, es padre de Luz de Luna y Floridita, y es vecino de Arcángel de los Ríos.
Así como los nombres es esta novela: recargada, barroca. Una novela en un estilo contrario o al menos distinto de las novelas que se escriben ahora, tan urbanas, tan simples, tan cotidianas, en las que no pasa mayor cosa.
Acá pasa de todo, entre otras cosas porque son al menos dos novelas unidas en una. Como las capas de la cebolla, una está contenida en la otra. Por un lado está la historia de Justo Pastor, médico ginecólogo que vive mal con su esposa, tiene amantes, sus hijas lo odian, se prepara para el Carnaval de Pasto y decide patrocinar una carroza que revele la verdad sobre el Libertador. Y por otro lado está la historia de Bolívar que se quiere revelar: la que contaron sobre él Carlos Marx y el historiador José Rafael Sañudo. A esas dos historias se suma la de un grupito de universitarios que aspira ser célula guerrillera urbana en Pasto, en los años 60.
Uno no sabe si el autor quería hacer una novela sobre el Carnaval de Pasto, o quería hacer una novela sobre Bolívar, o quería hacer dos novelas distintas y de pronto decidió juntarlas con la disculpa de la carroza. El caso es que aunque está bien escrita y la historia es clara, la segunda de las tres partes en que se divide la novela, que es la que se centra en Bolívar, se siente como incrustada artificialmente en el relato del Carnaval.
En la descripción del Carnaval Rosero es prolífico en enumerar barrios de Pasto por los que corren los personajes, lo cual resulta útil para la cartografía literaria de la ciudad y sin duda es un referente claro para quienes habitan o conocen bien esa región del país. El resto de los lectores, más que nombres de barrios, habríamos agradecido un poco más de descripción del territorio para ubicar mejor el escenario.
Con todo y lo anterior, es una novela amena, con unos personajes claros y pintorescos y con un afán por contar una historia sobre Bolívar que no nos han contado y que refresca un poco el panorama de tanta loa al Libertador que se vio con motivo del Bicentenario. Acá Bolívar aparece como un sanguinario matarife, interesado en raptar jovencitas de 13 años y en "ganar indulgencias con padrenuestros ajenos", ya que el autor lo describe como un oportunista y un cobarde en el campo de batalla. Las traiciones a Miranda y a Piar, que William Ospina muestra en "En busca de Bolívar" (libro que ya reseñé en este blog), como los hechos inexplicables de un hombre adelantado a su tiempo, Rosero los muestra como actos de barbarie sin justificación alguna.
A continuación las frases. Rosero es un maestro del aforismo, de las frases cortas y lapidarias:
"con seguridad la devota me odia desde que dije que Dios era otro mal invento de los hombres".
"la broma vuela cerca de la maledicencia, es el viento con su mentira cargada de acusación, una broma -o su burla- podía resultar más despiadada que un susto de muerte, era preferible un susto cualquiera a una broma cualquiera".
"él y su mujer no tenían que ver ni en la cama ni en la tierra ni en el aire: el más penoso aburrimiento, el que soporta cargas de odio se cernía sobre ellos, hacía tiempos".
"hay tantas maneras de amar con resignación".
"lo único redimidor de la vejez es que uno va envejeciendo al tiempo que los amigos".
"el infierno es el aburrimiento".
"no hay hombre, por más viejo que sea, que no crea poder vivir otro día".
(Bolívar) "realmente fue un creativo publicitario y se inventó un genio, él. Fue el auténtico pionero de la publicidad política contemporánea, a partir de una única agencia: él en su caballo dictando folletines de grandiosidad a sus amanuenses, que debían ser relevados, extenuados de la epopeya interminable que el héroe inventado dictaba de sí mismo".
"Seguramente cerró los ojos y cumplió órdenes, porque eso de "cumplir órdenes" era y es la excusa universal de las matanzas".
"el doctor decía que los niños eran felices porque no conocían el amor. Y no conocen sobre todo la vejez, completó el joven".
"mi problema no era estar solo sino conmigo".
"las piernas de las mujeres son en realidad tijeras: tú ya sabes qué te cortarán".
"A usted ni la ciencia la podría explicar".
Evelio Rosero
La carroza de Bolívar
Editorial Tusquets
Editorial Tusquets
México
2012
388 páginas
2012
388 páginas